Teología de la Creación o Teoría de la Evolución


 

“Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.

Génesis 2:7

 

INTRODUCCIÓN

 

De acuerdo con el relato del libro de Génesis, el hombre es consecuencia de la creación de Dios, así como creó los cielos y la tierra, también creó al ser humano soplando aliento de vida para que fuese un ser viviente. Por tanto, entendemos que somos creación de Dios, no obstante, hay otras personas que niega totalmente la creencia de que el hombre fuese creado por Dios y sostienen que el ser humano es producto de millones de millones de años de evolución. Si esto es así, ¿está equivocada la Biblia respecto al relato de la creación de hombre por parte de Dios? ¿Es la teoría de la evolución una ciencia de la cual podemos confiarnos? Busquemos responder estas preguntas.

 

Evolución-o-creación

An 1871 caricature following publication of The Descent of Man was typical of many showing Darwin with an ape body, identifying him in popular culture as the leading author of evolutionary theory.

Attribution:

By Unknown author - Originally published in The Hornet magazine; this image is available on University College London Digital Collections (1886), Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=23436


CHARLES DARWIN Y LA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN

 

Charles Darwin nació en 1809 en Shrewsbury, Inglaterra, estudió medicina en Edimburgo y luego teología en Cambridge, aunque su verdadera pasión eran las ciencias naturales, a los 22 años se embarcó en el HMS Beagle como naturalista acompañante del capitán Robert FitzRoy y recorrió América del Sur, las Islas Galápagos, Australia y África, observando fósiles, especies vivas y formaciones geológicas que lo llevaron a cuestionar la idea de especies fijas. A su regreso, comenzó a recopilar datos sobre la variabilidad de especies domésticas y silvestres, luego, influenciado por el ensayo de Malthus sobre la población, formuló la idea de la selección natural como mecanismo de evolución, hasta que en 1859 publicó el libro “Sobre el origen de las especies por medio de la selección natural”, o la preservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida, desafiando así la teología de la creación. Esta obra explica que los seres vivos no aparecen de la nada y porque sí, sino que tienen un origen y que van cambiando poco a poco en un proceso que llama, Selección Natural o Presión Selectiva. Si esto es así significa que el relato de los primeros dos capítulos del libro de Génesis está equivocado, ya que el hombre no fue creado por Dios, sino, es el producto de miles y miles de años de evolución. Ahora bien, ¿podemos los cristianos creer en la teoría de la evolución? ¿Realmente la teología de la creación se ha equivocado? Respondamos estas preguntas.

 

ARGUMENTOS EN CONTRA DE LA TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN

 

Lo primero que debemos comprender de la teoría de la evolución es que sigue siendo una teoría, es decir, no la podemos ver como una ciencia. Para que un postulado se convierta en ciencia, primero se establecen las hipótesis o suposiciones, luego se hacen las pruebas para confirmar su repetitividad y reproducibilidad en el mundo, para posteriormente comprobar y estables leyes científicas bajo las cuales se rigen estos fenómenos naturales. No obstante, la teoría de la evolución solo se quedó en hipótesis que hasta el momento no se han podido demostrar. A parte de esto, los postulados de la teoría de la evolución contradicen afirmaciones científicas, consideremos algunas de ellas. Darwin propuso que las especies evolucionan por selección natural, es decir, que los organismos cambian gradualmente a lo largo del tiempo a partir de ancestros comunes, pero para hacerlo lo hacen de un ser vivo ya existente y, por tanto, la vida no puede venir de la nada, necesita un origen, pero: ¿cuál es el origen? Esta pregunta no la han podido responder satisfactoriamente, algunos han tratan de explicarlo a través de una evolución química que dio paso al primer ser vivo unicelular. Al verlo así, pareciera que es producto del azar o la suerte que de un coctel químico surgiera el primer ser vivo unicelular. Posterior a Darwin surgió otra posición llamada: La teoría de la generación espontánea que sostenía que ciertos seres vivos podían surgir de manera automática a partir de materia inerte o en descomposición, sin necesidad de padres o reproducción previa. Sin embargo, se ha probado científicamente que esto es imposible. Al final, la teoría de la evolución es incapaz de responder la pregunta: ¿de dónde proviene el hombre? ¿Cuál fue el origen del primer ser humano? Imposible concebir que de la nada haya surgido el primer ser unicelular que después de miles de años evolucionó a algo más complejo y perfecto como lo es la vida hoy en día. En cambio, nosotros los cristianos creemos y entendemos que el mundo y todo lo que en el habita fue creado por Dios: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”, (Génesis 1:1).

 

Enunciados de la evolución versus la ciencia y la teología de la creación.

 

Por tanto, pudiésemos comparar la posición del evolucionismo con nuestra teología de la creación y lo que la misma ciencia dice para comprender que la teoría de la evolución no tiene mucho fundamento racional o científico.

 

ü  Enunciado evolucionista: Vida proviene de la no vida (evolución a través de la generación espontánea).

ü  Ley científica: Ley básica de la Biología: Vida proviene de la vida

ü  Teología de la creación: La vida proviene de un ser vivo, Dios: “Todas las cosas por él fueron hechas… En él estaba la vida…”, (Juan 1:3-4, RV60).

 

ü  Enunciado evolucionista: La información de la vida proviene de la nada (Generación Espontánea).

ü  Ley científica: El lenguaje del ADN provee información genética precisa y específica para proteínas complejas utilizando cuatro nucleótidos. Difícil creer que estos códigos genéticos no provengan de una mente inteligente que los programo.

ü  Teología de la creación: Dios, un ser inteligente y provee la información genética para la vida, el creo a cada ser vivo según su género y especie, cada una con sus características de los definen, lo cual los científicos han descubierto en la cadena genérica del ADN: “Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así”, (Génesis 1:24, RV60).

 

ü  Enunciado evolucionista: La vida va en un progreso, porque está evolucionando.

ü  Ley científica: Ley segunda ley de la termodinámica, la ley de la entropía establece: Todo sistema va perdiendo energía y tiende a deteriorarse. Esta ley contradice el hecho de que el hombre este evolucionando, antes la misma ciencia comprueba que todo tiende a envejecer, deteriorarse y perecer.

ü Teología de la creación: Por causa del pecado, el mismo ser humano se encuentra en un proceso de deterioro: “Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día”, (2 Corintios 4:16, NVI). Nuestro cuerpo envejece cada día, en lugar de evolucionar y mejorar el hombre se deteriora no solo externamente, sino, su moralmente, todo por causa del pecado. Además, la misma naturaleza atestigua el deterioro que los años provocan en este mundo: “La creación espera el día en que será liberada de la muerte y la descomposición, y se unirá a la gloria de los hijos de Dios. Pues sabemos que, hasta el día de hoy, toda la creación gime de angustia como si tuviera dolores de parto”, (Romanos 8:21-22, NTV). Por tanto, la misma ciencia a través de la ley de la entropía lo confirma.

 

ü Enunciado evolucionista: “La geología ciertamente no revela ninguna cadena orgánica finamente graduada; y esto, quizás, es la objeción más grave que puede presentarse contra mi teoría”. Estas palabras fueron escritas por Darwin aceptando que su teoría carecía de valides a menos que se comprobara esa cadena orgánica que lo demostrara o eslabón perdido como se le conoció mas tarde.

ü  Ley científica: Stephen Jay Gould (1941–2002), paleontólogo, biólogo evolutivo, geólogo e historiador de la ciencia dijo acerca de la evidencia fósil que confirme la evolución: “La mayoría de las especies muestran ausencia de cambios bidireccionales durante su presencia en esta tierra. Aparecen en el registro fósil luciendo muy parecidas a como eran en el momento de desaparecer, el cambio morfológico suele ser limitado y sin dirección”. Además, agrega: “Una especie no surge gradualmente en una localidad mediante la lenta y uniforme transformación de sus antecesores, sino, aparece de una solo vez y plenamente formada”. Con estas afirmaciones, este científico confirma que no existen registros fósiles entre dos especies que parezca que están evolucionado de un estado A a uno B, más bien todo apunta a que cada ser existente o extinto, solo apareció, sin la evolución de un antepasado. En este sentido, la ciencia se basa en la ley de la causalidad, nada ocurre por capricho, suerte o por azar. Aunque han tratado de encontrar eslabones que confirmen la evolución, los resultados han sido pocos, difíciles de aceptar o creer, han intentado vincular peces con reptiles, dinosaurios con aves, monos con humanos, ballenas con mamíferos, pero de allí, nada concluyente.

ü  Teología de la creación: “Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así… Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno… Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así. E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno”, (Génesis 1:11, 20-21, 24-25). La Biblia enseña que todo ser existente no fue el producto de una larga evolución, sino, proviene de la creación de Dios, lo cual está más en armonía que las hipótesis y dudas planteadas en la teoría de la evolución.

 

Desde el siglo XIX se levantaron muchas propuestas acerca del origen de todas las cosas, el origen de nuestro universo y, sobre todo, el origen de nuestra vida, todo desde una perspectiva científica, haciendo a un lado la religión, abriendo paso a lo que se conoce como la ciencia de los orígenes. La ciencia normal trata de los fenómenos que se repiten una y otra vez en el universo y que obedecen a leyes ya establecidas, pero se ha dicho que la ciencia de los orígenes estudia acontecimientos que no se volverán a repetir, que son únicos y ocurrieron en el pasado. Los mayores representantes de esta ciencia de los orígenes son:

 

1.     Origen del universo, explicado a través de la teoría del Big Bang, figuras como Georges Lemaître y Edwin Hubble fueron clave.

2.    Para explicar cómo la vida se origino en este planeta tenemos: Alexander Oparin y Stanley Miller, con su propuesta de la abiogénesis, la teoría científica que busca explicar cómo surgió la vida a partir de materia no viva.

3.    Para explicar cómo es que el ser humano está en esta tierra, la teoría de la evolución de Darwin es el pilar fundamental.

 

Como podemos ver, todas son teorías que hemos estudiado en esta sección de apologética en otros estudios, al final, el libro de Génesis sigue ofreciéndonos una clara revelación de quiénes somos, cómo llegamos aquí y para dónde vamos.

 

¿TEOLOGÍA DE LA EVOLUCIÓN?

 

Como respuesta a la teoría de la evolución que surgió en el siglo XIX, hubo algunos intentos por parte de algunos teólogos anglicanos y católicos de conciliar esta postura con la creación divina. Así llegaron a postularse algunas obras que hablaban de que Dios creo al ser humano a través del proceso de evolución. De esta forma, uno de los primeros defensores de esta nueva teología, el jesuita y paleontólogo francés, Pierre Teilhard de Chardin (1881–1955), propuso una visión en la que la evolución conduce hacia una “noosfera” (esfera del pensamiento) y culmina en el “Punto Omega”, una figura que representa a Cristo como el destino final de la evolución cósmica. Otros como John F. Haught, teólogo católico estadounidense, propone que la evolución es una historia que revela el amor creativo de Dios. Los cristianos conservadores por otro lado seguimos creyendo en lo que el libro de Génesis enseña, que Dios creó al ser humano, perfecto, aprendido, completo, inteligente y con espíritu y alma, no fue el proceso de evolución que le ayudó a perfeccionarse en el ser que es ahora, hoy en día, el diseño original de Dios en el hombre está dañado por causa del pecado, solo Jesucristo puede restaurarlo y perfeccionarlo hasta el diseño original que Dios planeó para él: “Y estoy seguro de que Dios, quien comenzó la buena obra en ustedes, la continuará hasta que quede completamente terminada el día que Cristo Jesús vuelva”, (Filipenses 1:6).

 

EL TRANSHUMANISMO

 

Como una consecuencia del pensamiento evolucionista, surgió el transhumanismo. El transhumanismo es una corriente filosófica, científica y cultural que propone que los seres humanos pueden y deben mejorar sus capacidades físicas, intelectuales y emocionales mediante el uso de tecnologías avanzadas. El término “transhumanismo” fue popularizado por Julian Huxley, un biólogo evolutivo, filósofo y humanista británico, en 1957, quien lo definió como “el hombre trascendiendo al hombre”. Su objetivo es trascender las limitaciones biológicas de la especie humana, incluso llegar a superar la enfermedad, el envejecimiento e incluso la muerte. Esto lo quieren lograr a través del uso de biotecnología, inteligencia artificial, nanotecnología, neurociencia y genética para potenciar el cuerpo y la mente, se enfocan en la investigación de la longevidad radical, criopreservación y transferencia de conciencia, hasta llegar a evolucionar hacia una forma posthumana, más allá de nuestra condición actual. Si bien es cierto que la ciencia y tecnología ayudan a la vida humana, difícilmente el hombre encontrara la forma de escapar de los efectos del pecado, que es la muerte, solo Cristo puede otorgar lo que andan buscando, la vida eterna y un cuerpo libre de limitaciones y debilidades.

 



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