Pedro es liberado de la cárcel (Hechos 12:6-19)


 

“Y cuando Herodes le iba a sacar, aquella misma noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta custodiaban la cárcel. Y he aquí que se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos. Le dijo el ángel: Cíñete, y átate las sandalias. Y lo hizo así. Y le dijo: Envuélvete en tu manto, y sígueme. Y saliendo, le seguía; pero no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, sino que pensaba que veía una visión. Habiendo pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abrió por sí misma; y salidos, pasaron una calle, y luego el ángel se apartó de él. Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba. Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando. Cuando llamó Pedro a la puerta del patio, salió a escuchar una muchacha llamada Rode, la cual, cuando reconoció la voz de Pedro, de gozo no abrió la puerta, sino que, corriendo adentro, dio la nueva de que Pedro estaba a la puerta. Y ellos le dijeron: Estás loca. Pero ella aseguraba que así era. Entonces ellos decían: ¡Es su ángel! Mas Pedro persistía en llamar; y cuando abrieron y le vieron, se quedaron atónitos. Pero él, haciéndoles con la mano señal de que callasen, les contó cómo el Señor le había sacado de la cárcel. Y dijo: Haced saber esto a Jacobo y a los hermanos. Y salió, y se fue a otro lugar. Luego que fue de día, hubo no poco alboroto entre los soldados sobre qué había sido de Pedro. Mas Herodes, habiéndole buscado sin hallarle, después de interrogar a los guardas, ordenó llevarlos a la muerte. Después descendió de Judea a Cesarea y se quedó allí”.

Hechos 12:6-19


INTRODUCCIÓN

 Un nuevo enemigo se había levantado en contra de la iglesia del Señor y en esta ocasión no se trataba de los lideres religiosos de los judíos, sino, del rey Herodes Agripa I, tal y como lo vimos en el estudio pasado, su principal interés al perseguir a los cristianos no era tanto defender la religión del judaísmo, sino más bien, sus fines eran políticos ya que cuando vio que la muerte del apóstol Jacobo les había agradado a estos religiosos, decidió capturar a Pedro para juzgarlo y ejecutarlo públicamente. Ahora vamos a considerar los versículos que nos hablan de otro increíble milagro, la liberación de Pedro.

 

Pedro-liberdo-cárcel
Pedro es liberado de la cárcel


PEDRO EN LA CÁRCEL


“Y cuando Herodes le iba a sacar, aquella misma noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta custodiaban la cárcel”.

Hechos 12:6


 En esta ocasión vemos a Pedro en la cárcel, ya que Herodes Agripa I lo había mandado a prender: cuando Herodes le iba a sacar, aquella misma noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta custodiaban la cárcel. Si nos damos cuenta, la custodia de Pedro y las medidas de su encarcelamiento son extremas. Como si se tratase de un criminal peligroso, Herodes lo había echado en un calabozo fuertemente custodiado. Este versículo nos dice que Pedro estaba sujeto con dos fuertes cadenas y delante de la puerta de su calabozo tenía dos guardias que lo custodiaban. Ahora, Lucas nos dijo anteriormente que la guardia no solo consistía en esos dos guardias, sino habían más: “Y habiéndole tomado preso, le puso en la cárcel, entregándole a cuatro grupos de cuatro soldados cada uno, para que le custodiasen; y se proponía sacarle al pueblo después de la pascua”, (Hechos 12:4).  Esto significa que Pedro encadenado en un calabozo era custodiado por 16 soldados, lo cual mostraba la crueldad de este Herodes y la injusticia al tratar a un hombre como Pedro como si se tratase de un criminal peligroso. Definitivamente Herodes no quería arriesgarse a que Pedro se le escapase ya que tenía planeado usar su ejecución para ganar puntos con los judíos, pero, ignoraba que el pueblo de Dios intercedía por él: “Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él”, (Hechos 12:5).

 

DIOS ENVÍA UN ÁNGEL A LIBERAR A PEDRO DE LA CÁRCEL


 “Y he aquí que se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos. Le dijo el ángel: Cíñete, y átate las sandalias. Y lo hizo así. Y le dijo: Envuélvete en tu manto, y sígueme. Y saliendo, le seguía; pero no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, sino que pensaba que veía una visión. Habiendo pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abrió por sí misma; y salidos, pasaron una calle, y luego el ángel se apartó de él. Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba”.

Hechos 12:7-11


 A pesar de su fuerte custodia y situación difícil, Pedro dormía en la cárcel, lo que nos muestra su paz y seguridad en el Señor, estaba dispuesto a padecer por su nombre si fuese necesario, pero, mientras él estaba en la cárcel, la iglesia oraba y sin saberlo, la mano de Dios se movía para liberarlo: Y he aquí que se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. En estos versículos vemos cómo uno de los ministerios de los ángeles es apoyar a la iglesia del Señor. En la Biblia podemos encontrar otros ejemplos, como aquel ángel que fortaleció a Elías cuando había caído en una terrible depresión: “Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta”, (1 Reyes 19:7). Otro fortaleció a Pablo cuando sufrió el naufragio diciéndole que no temiera ya que compadecería delante del César: “Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de quien soy y a quien sirvo, diciendo: Pablo, no temas; es necesario que comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigo”, (Hechos 27:23-24). Fue un ángel que libero a Pedro y Juan de la cárcel para que siguieran predicando: “Mas un ángel del Señor, abriendo de noche las puertas de la cárcel y sacándolos, dijo: Id, y puestos en pie en el templo, anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida”, (Hechos 5:19-20). Fue un ángel que le indico a Felipe que se acercara al etíope para testificarle el mensaje del evangelio: “Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo: Levántate y vé hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto”, (Hechos 8:26).

 

En este pasaje vemos la forma milagrosa de cómo Pedro fue liberado, el ángel lo despertó de su sueño, sus cadenas se le cayeron y prácticamente lo paso desapercibido en medio de la guardia que custodiaba aquella cárcel: Y las cadenas se le cayeron de las manos. Le dijo el ángel: Cíñete, y átate las sandalias. Y lo hizo así. Y le dijo: Envuélvete en tu manto, y sígueme. Y saliendo, le seguía ... Habiendo pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abrió por sí misma; y salidos, pasaron una calle, y luego el ángel se apartó de él. No sabemos si Dios produjo un sueño en los guardias o cómo fue que no se dieron cuenta de la liberación de Pedro, lo cierto es que Pedro atravesó todos los puntos de guardia sin ser descubierto. Durante todo este tiempo Pedro estaba confundido, tanto que creyó que todo era un sueño o visión, hasta que se encontró afuera entendió que el Señor lo había liberado de forma milagrosa: ... pero no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, sino que pensaba que veía una visión... y salidos, pasaron una calle, y luego el ángel se apartó de él. Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba. En estos versículos vemos que la lucha espiritual se da en dos campos, el material y el espiritual, por un lado, vemos la lucha terrenal, Herodes levantándose como enemigo de la iglesia, matando a algunos cristianos, entre ellos al apóstol Jacobo y echando a Pedro a la cárcel con una fuerte guardia, las probabilidades parecen estar en desfavor de la iglesia. Pero mientras la iglesia es atacada, esta usa su más poderosa arma, la oración. Vemos como mientras Pedro estaba encarcelado, la iglesia oraba, y de manera simultánea, la lucha se realizaba en el campo espiritual, ya que el Señor envió un ángel para ayudar a Pedro y poder escapar de esa guardia que lo custodiaba. Este tipo de batalla espiritual se ve en el libro de Daniel, cuando Daniel entro en ayuno y oración para comprender aquellas grandes visiones, y mientras Daniel oraba y esperaba la respuesta de Dios, una batalla se daba en el campo espiritual: “Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido. Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme”, (Daniel 10:12-13).

 

PEDRO LLEGA A LA CASA DE LA MADRE DE JUAN MARCOS

 

“Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando. Cuando llamó Pedro a la puerta del patio, salió a escuchar una muchacha llamada Rode, la cual, cuando reconoció la voz de Pedro, de gozo no abrió la puerta, sino que, corriendo adentro, dio la nueva de que Pedro estaba a la puerta. Y ellos le dijeron: Estás loca. Pero ella aseguraba que así era. Entonces ellos decían: ¡Es su ángel! Mas Pedro persistía en llamar; y cuando abrieron y le vieron, se quedaron atónitos. Pero él, haciéndoles con la mano señal de que callasen, les contó cómo el Señor le había sacado de la cárcel. Y dijo: Haced saber esto a Jacobo y a los hermanos. Y salió, y se fue a otro lugar”.

Hechos 12:12-17


 De alguna manera esta parte de la historia del relato de Lucas es algo graciosa. Cuando Pedro se da cuenta de que Dios lo ha liberado, se va a la casa de una mujer creyente la cual debió haber sido muy conocida por los cristianos ya que Lucas nos dice su nombre y de quién era madre, María, la madre de Juan Marcos, el autor del evangelio según Marcos. aquí aparece una muchacha llamada Rode. Algunos afirman que Rode en griego significa Rosa y aunque aparece brevemente en estos versículos llama la atención. Se cree que Rode era una criada de María y cuando esta escuchó y reconoció la voz de Pedro, no le abrió la puerta, sino de la emoción corrió a avisarle a los otros creyentes que Pedro estaba en la puerta, pero nadie le creía, sino, pensaban que estaba loca, pero ella persistió en su mensaje y al final confirmaron que realmente era Pedro el que estaba en la puerta. Prácticamente la oración había sido contestada y la respuesta había llegado hasta la puerta de su casa. Aquel día todos se gozaron del poder de Dios ya que Pedro les relato todo y pidió que se diese informe a Jacobo y a los hermanos. Este Jacobo al cual Pedro hace referencia es el medio hermano de Jesús, el cual era uno de los creyentes que como veremos más adelante llego a ser considerado uno de los principales lideres en la iglesia de Jerusalén.

 

LA FRUSTRACIÓN DE HERODES

 

“Luego que fue de día, hubo no poco alboroto entre los soldados sobre qué había sido de Pedro. Mas Herodes, habiéndole buscado sin hallarle, después de interrogar a los guardas, ordenó llevarlos a la muerte. Después descendió de Judea a Cesarea y se quedó allí”.

Hechos 12:18-19


Vemos que cuando fue el siguiente día se hizo un alboroto entre los soldades que custodiaban a Pedro, buscaron a Pedro sin hallarlo y esto molesto tanto a Herodes Agripa I que ordenó ejecutarlos. La pena por quedarse dormido y que se les escapase un prisionero para los soldados era la muerte. De esta forma, los planes de este malvado en contra de la iglesia se frustraron y decidió irse de Judea a Cesarea por algún tiempo.



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