“Pareció bien a Darío constituir sobre el reino
ciento veinte sátrapas, que gobernasen en todo el reino. Y sobre ellos tres
gobernadores, de los cuales Daniel era uno, a quienes estos sátrapas diesen
cuenta, para que el rey no fuese perjudicado. Pero Daniel mismo era superior a
estos sátrapas y gobernadores, porque había en él un espíritu superior; y el
rey pensó en ponerlo sobre todo el reino”.
Daniel 6:1-3
INTRODUCCIÓN
Ahora,
después de todo esto, un nuevo imperio se levantó y llego a conquistar el mundo
antiguo, este fue el imperio medo persa y Ciro el Grande llego a convertirse en
el nuevo soberano de aquellas naciones. En babilonia estableció como gobernador
a Gubaru, a quien aquí el libro de Daniel llama, Dario el medo. Si esto es así,
parece más fácil entender los versículos del capítulo 6 donde aparece este
personaje que gobernaba en Babilonia. Es interesante ver como Daniel continuó
fungiendo en su cargo como administrador en el nuevo reino persa, de hecho,
sobresalió en este nuevo imperio en su administración, tal y como lo leemos en
Daniel 6:1-3. La verdad es que Dios honra a los que le honran, durante toda su
vida Daniel había permanecido fiel a Dios, su integridad era definitiva y su
horades intachable, por ello el Señor lo respaldaba, dándole inteligencia y
entendimiento, no solo en los asuntos administrativos, sino también comprensión
es todo misterio o sueño.
Daniel's Answer
to the King by Briton Rivière
|
By Briton
Riviere - Manchester Art Galleryhttps://web.archive.org/web/20200609161444/https:// manchesterartgallery.org/media/200/270/GMIII_MCAG_1937_123.1200x1200.jpg,
Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=136770729 |
¿QUIÉN FUE DARÍO EL MEDO?
La
historia dice que Ciro el Grande fue el rey que tomo Babilonia, y ciertamente,
Ciro se convirtió en el nuevo rey de reyes del mundo antiguo, pero el texto de
Daniel nos dice que la ciudad fue tomada por Darío el medo. En Daniel 5.31 nos
dice que Darío de Medio tomo el reino, siendo de 72 años, luego en Daniel 9:1
se nos dice que en el año primero de Darío hijo de Asuero, de la nación de los
medos, este vino a ser rey sobre el reino de los caldeos. Por tanto, ¿cómo
podemos entender esto? ¿Es Darío o Ciro el rey de Persia? Bueno, Ciro el
grande fue el rey de Persia, esto de acuerdo a la historia, ¿cómo entendemos
los textos de Daniel que afirman que Darío el medo fue el que conquistó
Babilonia y se convirtió en rey sobre los caldeos? La identificación de Darío
el medo ha sido tema de grandes discusiones entre los estudiosos de las
Escrituras. Algunos opinan que Darío el medo es un personaje ficticio y lo
consideran un error de la Biblia, sin embargo, no todos apoyan esta
aseveración. En la actualidad existen otros tres puntos de vista tocante al
tema. Una primera opinión al respecto es la de aquellos que afirman que Darío
el medo es el mismo Ciro el Grande, otros por el contrario afirman que Darío el
medo es Cambises, el hijo de Ciro. No obstante, la sugerencia más aceptada
es la de aquellos que identifican a Darío el Medo con el medo Gubaru, un
gobernador de Gutium quien según las crónicas de Babilonia se alió con Ciro y
fue nombrado gobernador de Babilonia por Ciro. Por tanto, podemos identificar
a Darío el medo con Gubaru.
LA ENVIDIA DE LOS OTROS GOBERNADORES
No
obstante, la envía no tarda en surgir en el nuevo imperio, ya que los otros
gobernadores y sátrapas sintieron resentimientos y envidias de la prosperidad y
confianza que Daniel gozaba: “Entonces los
gobernadores y sátrapas buscaban ocasión para acusar a Daniel en lo relacionado
al reino; mas no podían hallar ocasión alguna o falta, porque él era fiel, y
ningún vicio ni falta fue hallado en él”, (Daniel 6:4). Que
increíble ejemplo encontramos nosotros en este hombre, un hombre que fue
investigado por sus enemigos con el fin de encontrar alguna falta en él, pero
no hallaron nada, Daniel estaba limpio, era un hombre íntegro, a pesar de
su poder e influencia en el gobierno, no abusaba de su poder, ni era un ladrón
o cometía injusticias sociales, antes era fiel en su tarea y temeroso de Dios.
Es triste pensar en aquellas personas que han llegado a puestos de importancia
en el gobierno o empresas abusan de su poder, se corrompen por el poder y se
olvidan que es Dios quien los ha puesto allí. Como la mayoría de funcionarios
de Babilonia eran corruptos, estos pensaron que Daniel era como ellos, pero se equivocaron,
porque no hallaron falta en él. Por ello, no teniendo de que acusarlo idearon
tenderle una trampa ya que sabían de su fe a Dios: “Entonces
dijeron aquellos hombres: No hallaremos contra este Daniel ocasión alguna para
acusarle, si no la hallamos contra él en relación con la ley de su Dios.
Entonces estos gobernadores y sátrapas se juntaron delante del rey, y le
dijeron así: ¡Rey Darío, para siempre vive! Todos los gobernadores del reino,
magistrados, sátrapas, príncipes y capitanes han acordado por consejo que
promulgues un edicto real y lo confirmes, que cualquiera que en el espacio de
treinta días demande petición de cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey,
sea echado en el foso de los leones”, (Daniel
6:5-7). La petición era maliciosa, inspirada por el mismo diablo, aunque
parecían que querían honrar a Darío el medo, la verdad es que le tendían una
trampa mortal a Daniel, aquel día, a Darío el medo le pareció el edicto y
lo aprobó, y cuando Daniel se enteró de esto, no pudo más que continuar
sirviéndole al Señor esperando en su misericordia: “Cuando
Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las
ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al
día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes”,
(Daniel 6:10). Daniel no se escondió, ni decidido olvidarse de su Dios por
el tiempo que durase el edicto, antes, abrió las ventanas de su cámara que
daban a Jerusalén y continúo arrodillándose tres veces al día como lo
acostumbraba a diario. Este es otro ejemplo de convicciones firmes
fundamentadas en una autentica fe en Dios, que, sin importar las circunstancias
o incluso amenazas externas, no se traiciona la fe. Debemos nosotros seguir
este ejemplo, no traicionemos nuestra fe, no nos avergoncemos de ella, aunque
el mundo diga que son creencias anticuadas, pasadas de moda, o un mensaje
desactualizado, aunque muchos quieran intimidarnos porque nuestras bases
bíblicas contradicen su vida de pecado e ideologías anticristianas, como Daniel
continuemos firmes en nuestra fe: “Porque no me
avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel
que cree; al judío primeramente, y también al griego”, (Romanos 1:16).
DANIEL ES ACUSADO DELANTE DEL REY DARÍO
No
tardaron sus enemigos en enterarse de que Daniel no había accedido a negar su
fe y no perdieron tiempo en acusarlo delante de Darío: “Entonces se juntaron aquellos hombres, y hallaron a Daniel
orando y rogando en presencia de su Dios. Fueron luego ante el rey y le
hablaron del edicto real: ¿No has confirmado edicto que cualquiera que en el espacio
de treinta días pida a cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey, sea echado
en el foso de los leones? Respondió el rey diciendo: Verdad es, conforme a la
ley de Media y de Persia, la cual no puede ser abrogada. Entonces respondieron
y dijeron delante del rey: Daniel, que es de los hijos de los cautivos de Judá,
no te respeta a ti, oh rey, ni acata el edicto que confirmaste, sino que tres
veces al día hace su petición. Cuando el rey oyó el asunto, le pesó en gran
manera, y resolvió librar a Daniel; y hasta la puesta del sol trabajó para
librarle. Pero aquellos hombres rodearon al rey y le dijeron: Sepas, oh rey,
que es ley de Media y de Persia que ningún edicto u ordenanza que el rey
confirme puede ser abrogado”, (Daniel 6:11-15). Aunque Darío busco
la forma de como librar a Daniel de este castigo terrible, no pudo, ya que el
edicto se había promulgado y nadie podía abrogarlo, según las leyes de Media y
Persia, por tanto, no tuvo más opción que acceder con mucho dolor a que
procedieran a ejecutar la sentencia en contra de Daniel.
DANIEL ES ECHADO AL FOSO DE LOS LEONES
Y
así paso, Daniel fue arrojado al foso de los leones: “Entonces el rey mandó, y trajeron a Daniel, y le echaron en el foso de
los leones. Y el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente
sirves, él te libre. Y fue traída una piedra y puesta sobre la puerta del foso,
la cual selló el rey con su anillo y con el anillo de sus príncipes, para que
el acuerdo acerca de Daniel no se alterase. Luego el rey se fue a su palacio, y
se acostó ayuno; ni instrumentos de música fueron traídos delante de él, y se
le fue el sueño”, (Daniel 6:16-18). El rey Darío encomendó a
Daniel a su Dios, aquel Dios a quien tanto él constantemente le servía. Que
hermoso es que a nosotros también se nos identifique como personas que servimos
a Dios, hombres y mujeres que han consagrado su vida a Dios. Tan triste fue
esto para aquel rey que esa noche no quiso nada de comer, ni oír instrumentos
de música, su alma estaba triste en gran manera y hasta el sueño se le fue
aquella noche, por lo que al día siguiente se levantó muy de mañana y se
dirigió al foso al ver el final que Daniel había tenido y he aquí una vez más
vemos como el Señor protege a sus escogidos para gloria de su nombre: “El rey, pues, se levantó muy de mañana, y fue
apresuradamente al foso de los leones. Y acercándose al foso llamó a voces a
Daniel con voz triste, y le dijo: Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios
tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones?
Entonces Daniel respondió al rey: Oh rey, vive para siempre. Mi Dios envió su
ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño,
porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he
hecho nada malo”, (Daniel 6:19-22). Increíblemente Dios había
enviado a su ángel para cerrar la boca de los leones y evitar así que estos
atacasen a Daniel, así la fe de Daniel era recompensada porque no creía en
cualquier ídolo de madera, de broce o metal precioso, el Dios de Daniel es el
Dios real, el Todopoderoso y soberano en los asuntos de los hombres. Aquellos
hombres perversos creían que podían dañar a Daniel, pero ignoraban que era Dios
quien lo había puesto en esa posición como administrador del reino, y aunque
confabularon en su contra, de nada les sirvió, porque tropezaron y cayeron en
su propia trampa: “Entonces se alegró el rey en gran
manera a causa de él, y mandó sacar a Daniel del foso; y fue Daniel sacado del
foso, y ninguna lesión se halló en él, porque había confiado en su Dios. Y dio
orden el rey, y fueron traídos aquellos hombres que habían acusado a Daniel, y
fueron echados en el foso de los leones ellos, sus hijos y sus mujeres; y aún
no habían llegado al fondo del foso, cuando los leones se apoderaron de ellos y
quebraron todos sus huesos”, (Daniel 6:23-24). Que terrible final
tuvieron estos impíos, bien dice la palabra de Dios: “El malvado cae en su propia trampa; pero el que es bueno vive con gran
alegría”, (Proverbios 29:6). Dios honro a Daniel y mostro su
soberanía en los asuntos humanos una vez más preservando la vida de Daniel y
manteniéndolo en su puesto, honrándolo una vez más delante de otro monarca y
sus enemigos fueron destruidos, de esta forma, las palabras dichas por Daniel
hace mucho tiempo a Nabucodonosor se cumplieron, ya que el cielo gobierna.
DANIEL SE MANTUVO INTEGRO A LO LARGO DE MUCHOS REYES DURANTE MÁS DE 60 AÑOS
De
esta forma llegamos al final de esta sección narrativa histórica que nos
presenta el libro de Daniel, desde el capítulo 3 hasta el 6 hemos considerado
esta sección en 4 estudios, sección que se encuentra escrito en lengua aramea
que nos muestra dos cosas importantes: La veracidad de las palabras de
Daniel 4.26, el cielo gobierna, lo cual nos muestra el gobierno soberano de
Dios en los asuntos humanos, Él es quien pone y quita reyes y hace que los
reinos sean victoriosos y también provoca su ruina y caída. En segundo lugar, nos
muestra como Daniel se mantuvo integro a lo largo de muchos reyes durante más
de 60 años, es increíble como el tiempo pasa en estos 6 capítulos, ya que allá
en el capitulo 1 vemos a un joven de 15 o 17 años que es llevado a Babilonia,
luego en el capítulo 5 ya es un anciano de al menos 80 años y aquí en el
capítulo 6 los años continúan pasando, pero Daniel se mantenía integro delante
de Dios. Que la vida de este hombre sea un testimonio para cada uno de nosotros
y nos inspire en nuestra cristiana.
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