Llamados cristianos por primera vez (Hechos 11:26)


 

“Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía”.

Hechos 11:26

INTRODUCCIÓN


El versículo 26 del capítulo número 11 de Hechos de los Apóstoles es otro de los textos importantes porque nos enseña cuándo surgió por primera vez el término “cristiano”, y fue en Antioquía de Siria, en la iglesia gentil que inició con un mover poderoso por parte del Espíritu Santo. Lucas, siendo inspirado por el Espíritu Santo, nos presenta en su narrativa histórica descriptiva este interesante dato que nos ayuda a comprender mejor un poco más acerca de nuestros orígenes, por ello vamos a tratar de profundizar un poco más en lo que estaba ocurriendo en esta iglesia gentil que inspiró a las personas a llamar a los discípulos cristianos.


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Llamados cristianos por primera vez


PABLO Y BERNABÉ PREDICARON TODO UN AÑO EN ANTIOQUÍA


“Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente…”

Hechos 11:26


Tanto Pablo como Bernabé lograron ver la gran oportunidad que tenían de compartir la palabra de Dios en esta iglesia que cada crecía más y más, tanto que decidieron quedarse en Antioquía por todo un año: Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a mucha gente. Para ambos, la iglesia de Antioquía de Siria se convertiría en una base estratégica para el desarrollo de su obra ministerial y la misma iglesia los apoyaría en su obra misionera de evangelizar a los gentiles de otras partes del mundo. Pablo y Bernabé sabían que para que una iglesia sea edificada en la verdad y poder del Espíritu Santo, la enseñanza de la sana doctrina era determinante, por ello se dieron a la tarea de hacerlo por el lapso de un año. Hoy en día las misiones e iglesia deben ser edificadas sobre los mismos principios, esto garantiza un crecimiento sano y dentro de la voluntad de Dios.


7 U 8 AÑOS DE HISTORIA


La iglesia que había surgido en Antioquía de Siria llegaría a ser determinante en los planes de Dios de expandir el evangelio y su influencia llegaría a ser notoria, aun desde su nacimiento. Como ya Lucas nos relató los judíos que se animaron a compartir por primera vez el evangelio a los gentiles trajo frutos que probablemente nadie había cuantificado: “Pero había entre ellos unos varones de Chipre y de Cirene, los cuales, cuando entraron en Antioquía, hablaron también a los griegos, anunciando el evangelio del Señor Jesús. Y la mano del Señor estaba con ellos, y gran número creyó y se convirtió al Señor”, (Hechos 11:20-21). Hasta el momento Lucas nos ha narrado como la iglesia se ha abierto paso a lo largo del tiempo, comenzando desde Jerusalén, tratemos de trazar una línea de tiempo que nos lleve a este punto de la historia. Podríamos decir que todo inició alrededor del año 33 d.C., en el día de pentecostés con el nacimiento de la iglesia en Jerusalén (Hechos 2). Desde este momento la iglesia se extendería a través de Jerusalén a Judea y Galilea, teniendo una iglesia 100% judía. Es lógico pensar que los judíos viesen la iglesia como una extensión o complemento de la religión judaica, como la culminación de la ley de Moisés en Jesús, su Mesías. De allí la predicación del evangelio estaba dirigido solamente a judíos y por ello se les conoció como los del “Camino”, por así lo veía, a Jesús como el camino al cumplimiento de toda la ley y los profetas: “y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que, si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén”, (Hechos 9:2). Luego, si seguimos el relato de Lucas, llegamos al capítulo 6, con la elección de los 7 diáconos, aquí ya vemos una iglesia judía crecida en número, compuesta tanto de hebreos nacidos en Judea como judíos nacidos en el extranjero a los que Lucas llama griegos, pero realmente no son griego, son judíos nacidos en el extranjero. Aquí algunos opinan que han pasado al menos unos dos años, encontrándonos aproximadamente en el 35 o 36 d.C. En este punto ocurre la muerte de Esteban que provoca la persecución a manos de Saulo de Tarso y la dispersión de estos judíos creyentes fuera de las fronteras de Judea que los lleva a predicar el evangelio fuera de las fronteras de Israel: “Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio”, (Hechos 8:4). Podemos decir que Dios utilizó la muerte de Esteban y la persecución para impulsarlos a salir de las fronteras de Israel y que predicasen el evangelio, ya que hasta este momento la comunidad de creyentes solo estaba concentrados en Israel. Esto llevo a Felipe, el evangelista, a predicar el evangelio a los samaritanos y así nació la iglesia en Samaria. Entre samaritanos y judíos había existido una enemistad, tanto racial como religiosa, pero con la llegada del evangelio, la reconciliación y perdón de pecados llego y Pedro y Juan son enviados a esta naciente iglesia. Posteriormente tenemos la conversión de Saulo de Tarso, o sea, Pablo, y este comienza a predicar el evangelio en Damasco, Siria, donde ya existía una comunidad judía cristiana. De aquí, de acuerdo a Hechos 9:19-25 y Gálatas 1:15-19, podemos deducir que Pablo paso al menos 3 años predicando en Damasco hasta que subió a Jerusalén para entrevistarse con los otros apóstoles, si fuese así, llegaríamos aproximadamente al año 39 o 40 d.C. Luego, tenemos que el evangelio llegó a Fenicia, Jope y demás ciudades cercanas al Mediterráneo, tal y como lo leemos en Hechos 9:32-43. No obstante, señalemos que las comunidades cristianas siguen siendo judías. En este periodo se da el nacimiento de la primera iglesia gentil en casa de Cornelio (Hechos 10), el hecho asombra a los cristianos judíos, pero al final concluyen que no tenían que impedirles a los gentiles venir al evangelio, pero al final parece que nadie realiza obra evangelizadora con ellos, hasta que unos judíos oriundos de Cirene y Chipre lo hacen: “Ahora bien, los que habían sido esparcidos a causa de la persecución que hubo con motivo de Esteban, pasaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, no hablando a nadie la palabra, sino sólo a los judíos. Pero había entre ellos unos varones de Chipre y de Cirene, los cuales, cuando entraron en Antioquía, hablaron también a los griegos, anunciando el evangelio del Señor Jesús. Y la mano del Señor estaba con ellos, y gran número creyó y se convirtió al Señor”, (Hechos 11:19-21). Así que la iglesia en Antioquía de Siria tuvo que nacer entre el año 40 al 42 d.C., fecha que concuerda con la información que el mismo Lucas da más adelante cuando dice que vino una hambruna en palestina en tiempos de Claudio quien fue emperador desde el 41 al 54 d.C. (Hechos 11:28). Así que hasta el momento tenemos como 7 u 8 años de historia cristiana narrada en el libro de Hechos hasta este momento.


LA INFLUENCIA DE LA IGLESIA DE ANTIOQUIA


“… y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía”.

Hechos 11:26


Finalmente, podemos decir que la influencia de esta iglesia fue grande, quizás mayor que la de la iglesia de Jerusalén, ya que fue en Antioquia donde el ministerio de Pablo y Bernabé tendría un mayor impulso que los llevaría a su labor misionera alrededor del mundo con el propósito de salvar no solo a judíos, sino también a gentiles. Su influencia creció tanto, que fue aquí donde se les llamó a los discípulos cristianos por primera vez. La iglesia de Jerusalén había hecho su parte importante ganando a muchos judíos para Cristo, aún la iglesia de Samaria y la casa de Cornelio eran frutos del trabajo de algunos de sus miembros, pero la iglesia gentil de Antioquía se extendería aún más allá de lo que la iglesia de Jerusalén pudo haber planeado. Tanto era el fervor y lo mucho que hablaban acerca de las enseñanzas de Cristo, que los inconversos de Antioquía decidieron llamarlos “cristianos”, que significa, “partidario de Cristo”, o “seguidor de Cristo”. Es probable que el termino, “cristiano”, surgió como un sobrenombre ofensivo que los inconversos usaban a los creyentes, pero, prontamente este seria el nombre con el que se conocería el movimiento del Cuerpo de Cristo alrededor del mundo y a través de la historia. En el Nuevo Testamento el nombre de cristiano aparece nuevamente, por ejemplo, Agripa le dice a Pablo: “… Por poco me persuades a ser cristiano”, (Hechos 26:28) y Pedro exhorta a los creyentes a padecer como buenos cristianos: “pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino glorifique a Dios por ello”, (1 Pedro 4.16). Luego, tenemos algunos testimonios extrabíblicos acerca del hecho de que los creyentes comenzaron a ser llamados cristianos, así, Tácito, su obra Anales, escrita alrededor del año 116 d.C., específicamente en el libro XV, capítulo 44 hablando acerca del gran incendio de Roma en el año 64 d.C., durante el reinado de Nerón dice: “En consecuencia, para deshacerse de los rumores, Nerón culpó e infligió las torturas más exquisitas a una clase odiada por sus abominaciones, quienes eran llamados cristianos por el populacho”. Además, Plinio el Joven, quien en una de sus obras habla acerca de las costumbres de los seguidores de Cristo, se refiere a ellos como cristianos en su correspondencia dirigida al emperador Trajano: “He interrogado a los que se llamaban cristianos…”. Finalmente, Flavio Josefo cita a los cristianos en su obra Antigüedades judías, escrita alrededor del año 93–94 d.C., específicamente en el libro XVIII, capítulo 3, párrafo 3 —un pasaje conocido como el Testimonium Flavianum. Aunque ha sido objeto de debate por posibles interpolaciones cristianas, muchos estudiosos coinciden en que contiene un núcleo auténtico: “Y se ganó muchos seguidores tanto entre muchos judíos como entre muchos de origen griego. Y cuando Pilato, por sugerencia de los principales hombres entre nosotros, lo condenó a la cruz, los que lo amaron primero no lo abandonaron. Y la tribu de los cristianos, llamada así por él, no se ha extinguido hasta el día de hoy”. Hoy en día nosotros los que creemos, somos llamados cristianos y debemos sentirnos orgullosos de eso y como aquellos cristianos de Antioquia, debemos testificar con nuestras vidas la fe en nuestro Señor Jesucristo.



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