“No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su
hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni
hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos.
Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por
estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti”.
Deuteronomio 18:10-12
INTRODUCCIÓN.
¿Qué es la brujería? La brujería podría definirse
como practicas malignas que buscan manipular fuerzas espirituales contrarias
a Dios con un fin especifico, lo cual es abominación a Dios ya que
pretende sustituir la confianza en su poder por el de las tinieblas.
También es de saber que en este mundo existen muchos charlatanes, pero no hay
que ignorar de que también existen los poderes de las tinieblas donde Satanás
es su príncipe y este a parte de sus demonios posee sus ministros del mal.
PRACTICAS OCULTISTAS.
En la Biblia Dios condena la brujería y toda clase de prácticas ocultistas,
de hecho, existen muchas que se mencionan de Deuteronomio: “No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su
hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni
encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque
es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas
abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti”,
(Deuteronomio 18:10-12), vamos a enumerar cada una de estas que aparecen en las
Sagradas Escrituras:
1. Hechicería. El uso de artes mágicas o conjuros invocando las fuerzas espirituales contrarias a Dios: “Y manifiestas son las obras de la carne, que son… hechicerías…”, (Gálatas 5:19-20).
2. Adivinación. Intento de conocer el futuro por medios ocultos: “Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando”, (Hechos 16:16).
3. Agoreros. Personas que predicen futuras desgracias o males: “No sea hallado en ti … ni agorero…”, (Deuteronomio 18:10).
4. Encantamientos. Es decir, conjuros mágicos respaldados por poderes de las tinieblas: “No sea hallado en ti … ni encantador…”, (Deuteronomio 18:10-11).
5. Magia. Poderes sobrenaturales basados en las fuerzas espirituales de las tinieblas: “Hizo llamar el rey a magos, astrólogos, encantadores y caldeos, para que le explicasen sus sueños. Vinieron, pues, y se presentaron delante del rey”, (Daniel 2:2).
6. Médiums / Nigromancia. Consiste en la invocación de los muertos para obtener conocimiento de ellos: “Y si os dijeren: Preguntad a los encantadores y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos?”, (Isaías 8:19).
7. Astrología. Aquí es importante no confundir la astronomía, que es una ciencia que estudia la física de los cuerpos celestes, con la astrología que es el predecir el futuro a través de estudiar el movimiento de los astros celestes, como el sol, la luna y estrellas: “Te has fatigado en tus muchos consejos. Comparezcan ahora y te defiendan los contempladores de los cielos, los que observan las estrellas, los que cuentan los meses, para pronosticar lo que vendrá sobre ti. He aquí que serán como tamo; fuego los quemará, no salvarán sus vidas del poder de la llama; no quedará brasa para calentarse, ni lumbre a la cual se sienten”, (Isaías 47:13-14).
8. Sortílego. Un sortílego es alguien que a través de echar la suerte y usar sus artes mágicas buscan predecir el futuro: “No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego…”, (Deuteronomio 18:10).
DISCERNIENDO LOS ESPÍRITUS.
En la Biblia se muestra que la hechicería o artes mágicas son reales y por
ello Dios las condena, estas engañan a los hombres haciéndoles pensar que es un
poder divino en el cual pueden confiar: “… pues
por tus hechicerías fueron engañadas todas las naciones”,
(Apocalipsis 18:23). También, debemos estar consientes que no toda arte mágica
es producto de poderes espirituales malignos, sino, de charlatanes como Simón
el mago: “Pero había un hombre llamado Simón,
que antes ejercía la magia en aquella ciudad, y había engañado a la gente de
Samaria, haciéndose pasar por algún grande. A este oían atentamente todos,
desde el más pequeño hasta el más grande, diciendo: Este es el gran poder de
Dios. Y le estaban atentos, porque con sus artes mágicas les había engañado
mucho tiempo”, (Hechos 8:9-11). Ahora,
para poder discernir el poder espiritual la Biblia nos da las siguientes
claves. Primero, considerar la doctrina en la que están cimentado los que
practican tales cosas: “Amados, no creáis a
todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos
profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo
espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu
que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el
espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya
está en el mundo”, (1 Juan 4:1-3). En los tiempos de Juan había
falsos maestros que negaban que Jesucristo se había encarnado, por ello, el
apóstol recomendaba a probarlos a través de conocer su doctrina. De igual
manera, todas estas practicas como la magia, adivinación y cosas semejantes
están condenadas por Dios, además, los falsos ministros realizan aparentemente
muchos milagros, pero antes, evaluemos su doctrina y si esta se aleja de la
sana doctrina, entonces los espíritus que les ayudan no son de Dios.
También, Dios puede darnos discernimiento de espíritus para que con la ayuda
del Espíritu Santo identifiquemos que clase de poder opera en determinado milagro:
DIOS CONDENA ESTA PRACTICAS QUE CONDUCEN AL INFIERNO.
En la Biblia estas practicas se consideran pecado, así en el tiempo de la
Ley dichos pecados se pagaban con la muerte: “Y
el hombre o la mujer que evocare espíritus de muertos o se entregare a la
adivinación, ha de morir; serán apedreados; su sangre será sobre ellos”,
(Levítico 20:27). Además, el Nuevo Testamento nos advierte que estas practicas
nos conducen al infierno: “Y manifiestas son las
obras de la carne, que son: … hechicerías… como ya os lo he dicho antes, que
los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios”,
(Gálatas 5:19-20). Además, los cristianos no debemos preocuparnos de que estas
artes mágicas nos alcancen: “Porque contra Jacob
no hay agüero, Ni adivinación contra Israel”, (Números 23:23). También sabemos que a los que hemos nacido de
nuevo, el diablo no nos puede dañar: “Sabemos
que todo aquel que ha nacido de Dios, no practica el pecado, pues Aquel que fue
engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca”, (1 Juan
1:18).

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