El Maligno despojado de su máscara



“… para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones”.
2 Corintios 2:11

                En las Sagradas Escrituras aparecen muchos nombres y títulos que se le dan a este querubín llamado Lucero, hijo de la mañana, en Isaías y cada uno de ellos describe un aspecto de su terrible carácter. Ya vimos como un orgullo enfermizo se apodero de su corazón y trato de hacerse igual que Señor, llegando así a odiar y oponerse a todo lo que proviene de la verdadera divinidad. Estudiando el significado etimológico de algunos de sus nombres nos podremos dar cuanta lo maligno de su carácter así como sus medios para poner a toda la humanidad en contra de Dios y arrastrarlos al infierno. El Dr. Guillermo Cooke lo dice de la siguiente manera: “El ser angélico que es jefe de los ángeles caídos se llama Satanás, que quiere decir adversario; ' la serpiente antigua' a causa de su astucia. También es denominado 'mentiroso ',' padre de mentira ' y mentiroso desde el principio ', y se dice que 'cuando habla mentira, de suyo habla. Se llama  Apolión  lo cual quiere decir, destructor porque se goza en destruir a las almas de los hombres. Además anda cual león rugiente buscando a quién devorar. No sólo es un destructor, sino también es 'homicida', tanto de cuerpos como de almas, porque todas sus astucias y estratagemas le sirven para dicho fin. Todo el pecado y miseria de nuestro mundo durante seis mil años de historia, y todo lo que sucederá en el futuro, y toda la miseria que existe en el infierno son resultados de su influencia y le llenan de gran satisfacción”. Veamos más detalles de algunos de sus nombres en la Biblia.

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Ilustración del Diablo de Gustave Coré en la obra poética de John Milton: Lost Paradise

Satanás


“Por lo cual quisimos ir a vosotros, yo Pablo ciertamente una y otra vez; pero Satanás nos estorbó”.
1 Tesalonicenses 2:18

En sí mismo, el término Satanás deriva del hebreo satan (שָׂטָן) que significa adversario u oponente. Cada vez que intentamos hacer algo bueno para Cristo y su reino debemos anticipar que el Adversario intentara oponérsenos para descorazonar a los seres humanos para que no obedezcan y hagan la voluntad de Dios. Respecto a esto Charles Ryrie comenta: “Como adversario, Satanás acusa y se opone a los creyentes en varias áreas de sus vidas. El hace esto por confundirnos cuando siembra cizaña entre el trigo (Mateo 13:38–39), por arrebatar la Palabra que ha sido esparcida (Marcos 4:15), por indisponer a las autoridades gubernamentales contra los creyentes (1 Tesalonicenses 2:18), o por encarcelar a los creyentes, con la idea de que esto va a impedir que su testimonio se esparza o lograr que se intimiden y se abstengan de testificar (Apocalipsis 2:10)”… Satanás destaca nuestros pecados y los esgrime contra nosotros (12:10)… Satanás se opone al creyente trayendo presiones sobre el mismo que quizás no pueda soportar”. Por tal motivo no debemos admirarnos que nuestra vida en ocasiones sea tan difícil, especialmente si hemos decidido servirle ya que tenemos un adversario que constantemente se estará oponiendo a nosotros. Por ello es importante mantener una vida de oración para hacerle frente a todos sus ataques y confiar que nuestra ayuda vendrá del Espíritu Santo, ya que solo Él puede resistirlo: “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos”, (Zacarías 4:6).

Diablo


“...porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche”.
Apocalipsis 12:10

La palabra Diablo proviene del griego diábolos ( διάβολος) y es otro término común para referirse a este ser maligno y significa calumniador o acusador. En la Biblia vemos al diablo calumniando y acusando a Job: “Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde? … Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia”,  (Job 1:9,11), a Josué el sumo sacerdote: “Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha para acusarle”, (Zacarías 3:1) y a los cristianos en general en Apocalipsis 12:10. Parte de su estrategia consiste en desacreditarnos delante de Dios, pero también susurra a nuestros oídos tratando de acusarnos delante de nuestra conciencia especialmente si hemos fallado. Se cuenta que en cierta ocasión el diablo llego donde se encontraba Martin Lutero y le dijo: ¿Cómo es que te jactas de ser hijo de Dios con todos los pecados que has cometidos? A esto Martin Lutero replico: ¿Cuáles pecados?, ¡Muchos!, replico el diablo. Entonces el diablo se puso a escribir y lleno cinco hojas con una lista interminable de pecados y se los presento a Lutero, el cual, corriendo a un estante, busco un lápiz rojo y escribiendo una gran X le dijo: la sangre de Cristo ha perdonado todo. Cuando el diablo trate de acusarnos debemos recordar las siguientes palabras: “¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros”, (Romanos 8:33-34).

El Destructor


“Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego, Apolión”.
Apocalipsis 9:11

Tanto la palabra Abadón que proviene del hebreo, como Apolión que proviene del griego, significan Destructor. En este sentido la meta principal del diablo es destruir. Podemos ver su terrible influencia destructora en cada calamidad provocada en las guerras, la delincuencia, el narcotráfico, en la destrucción irresponsable del hombre en el medio ambiente y en la misma vida de las personas. Su meta principal es destruir la obra de Dios. Erwin W. Lutzer dijo: “No importa cuántos placeres le haya ofrecido Satanás, su intención al final es arruinarle, destruirle es su máxima prioridad”. Esto afirmación es una gran realidad. El diablo odia a Dios y a toda su creación, su meta final será influir en la vida de los hombres para conducirlos a la destrucción total, y de hecho, eso es lo que precisamente la maldad hace, destruye. Desde el Huerto del Edén engaño al hombre con el fin de destruirlo, también ha tratado una y otra vez de destruir a Israel y usado naciones como Egipto, Asiria, Babilonia, los nazis y las tribus musulmanas para borrarlo del mapa. Desde sus inicios la iglesia ha sido perseguida y asolada con el único fin de ser destruida. Los fariseos, los emperadores romanos, los papas romanos, el comunismo y muchas naciones paganas donde el evangelio se ha predicado se han opuesto a la iglesia persiguiéndola con el fin de destruirla; sin embargo, no ha podido ni podrá porque Dios la protege: “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”, (Mateo 16:18).

Beelzebú


“Pero al oírlo lo fariseos, dijeron: Este no expulsa a los demonios sino por medio de Beelzebú, príncipe de los demonios”.
Mateo 12:24

Satanás es llamado también Beelzebú (en griego) o Baal Zebub (en hebreo) y literalmente significa “Señor de las Moscas”. Todo lo que entra en contacto con él se corrompe. Satanás causa grandes daños a la sociedad a través de la drogadicción, la embriaguez, el homosexualismo, la falta de moral y el libertinaje, su tarea consiste en corromperlo todo. Dios creo un mundo perfecto, Satanás a través de los hombres se ha encargado de destruir el medio ambiente. Dios creo el matrimonio entre hombre y la mujer, el diablo lo ha corrompido a tal punto que hoy las parejas heterosexuales optan por no casarse y vivir en fornicación y los homosexuales buscan el casarse. Dios creo el sexo dentro del matrimonio, Satanás lo ha pervertido por medio de la pornografía. En fin, él es el corruptor de este mundo. Martin Lutero solía decir: “Soy un gran enemigo de las moscas; cuando estoy leyendo un buen libro se amontonan sobre él, caminan en él de arriba a abajo y lo ensucian. Con el diablo ocurre exactamente lo mismo. Cuando nuestro corazón es más puro, el diablo viene y lo ensucia”.

El León Rugiente


“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”.
1 Pedro 5:8
Es interesante notar que Pedro comparó al diablo con un león. Al considerar la naturaleza del león podemos llegar a comprender un poco más acerca de la naturaleza y estrategias de este maligno ser. Los leones no atacan al fuerte, sino que atacan al débil, al herido, al ingenuo y al inocente. Mike Taliaferro, en el libro, The lion never sleeps, aporta el siguiente comentario que nos ayuda a comprender su naturaleza: “He visto la manera de cazar de los leones. Se mantienen dentro de un territorio y no persiguen a las manadas migratorias; por el contrario, cazan en áreas específicas. Cuando una manada se traslada a una región cercana a ellos, los leones se aproximan lentamente. Están perfectamente conscientes de la dirección del viento que viene de la manada, para que ésta no los olfatee. No obstante esas precauciones, su confianza en sí mismos es tan grande, que la mayor parte del tiempo no les importa si la manada los descubre o no. Por lo general, el león se lanza hacia la manada sin apresurarse; se acerca con simple trote, para asustar a la manada. Su propósito es ponerla en movimiento. Lo que el león quiere es ver correr a todas sus posibles víctimas. Para el ojo humano, la estampida de la manada no revelaría nada anormal; no así para el agudo ojo del león. Para éste, el platillo elegido se hace muy obvio. El león descubre fácilmente al miembro de la manada que es el más viejo, que está cansado, o lastimado. El más leve cojear o titubear, aunque imperceptible para el ojo humano, el león lo descubre con facilidad. El león asusta a la manada con el único propósito de descubrir a los elementos que son más débiles. Una vez que determina cuál será su víctima, corre hacia ella sin atender en lo más mínimo al resto de la manada hasta atrapar a su presa”. Pedro nos dice que un ser invisible está a la caza de los cristianos con la intención de devorarlos. Satanás y sus demonios constantemente están buscando a los débiles en la fe para atacarlos, buscan aquellas áreas débiles para debilitarnos y hacernos sus presas. Por ello, el apóstol Pedro nos invita a ser sobrios y velar. Respecto a esta sugerencia el Dr. Dwight Pentecost nos dice: “La  sobriedad  en  las  Escrituras  tiene poco  o nada que ver con el uso de las bebidas alcohólicas. La sobriedad se refiere a la actitud seria de la mente. Tiene que ver con nuestra perspectiva de la vida. La sobriedad observa las cosas en su perspectiva correcta… Pero además de esta actitud seria de la mente, el creyente debe velar. Y ello significa observar cuidadosamente, mirar alrededor. Velamos cuando reconocemos la presencia de un enemigo o adversario”.

El Astuto y Engañador


“Y fue lanzado fuera el dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero...”
Apocalipsis 12:9

Satanás es el originador del engaño y por tal motivo también se le asocia la figura de la serpiente astuta. Fue el diablo quien engaño a Eva para que pecara en el Huerto del Edén: “Pero me temo que, así como la serpiente con su astucia engañó a Eva, los pensamientos de ustedes sean desviados de un compromiso puro y sincero con Cristo”,  (2 Corintios 11:3). Fue él quien engaño a la tercera parte de los ángeles para que lo siguieran en su rebelión contra Dios: “Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día”, (Judas 6). Y en la actualidad trata de engañar de manera astuta a los hombres para que crean a doctrinas falsas que los conduce al infierno: “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios”, (1 Timoteo 4:1). Por esto mimo Tertuliano dijo: “El diablo trata de sacudir la verdad aparentando que la defiende”. Tratará de engañar a los seres humanos aparentando que  tiene buenas intenciones pero su fin es conducirlos a la condenación eterna.

El Homicida


“Vosotros sois de vuestro padre el diablo... Él era homicida desde el principio y no se basaba en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de lo suyo propio habla, porque es mentiroso y padre de mentira”.
Juan 8:44

A Satanás se le llama también el homicida y lo único que quiere es “matar y destruir”, (Juan 10:10). Fue Satanás que influyo en la vida de Caín envenenando con envidia y odio su corazón para que asesinara a su hermano Abel convirtiéndose en el primer homicida del mundo: “No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas”, (1 Juan 3:12). Fue Satanás que enveneno el corazón de Atalía para que se asesinara a toda la casa real para usurpar el trono y así evitar que el Mesías naciera de la descendencia de David: “Cuando Atalía madre de Ocozías vio que su hijo era muerto, se levantó y destruyó toda la descendencia real. Pero Josaba hija del rey Joram, hermana de Ocozías, tomó a Joás hijo de Ocozías y lo sacó furtivamente de entre los hijos del rey a quienes estaban matando, y lo ocultó de Atalía, a él y a su ama, en la cámara de dormir, y en esta forma no lo mataron”, (2 Reyes 11:1-2). Vemos el espíritu del homicida en los perseguidores de la iglesia que asesinaron a Esteban: “Oyendo estas cosas, se enfurecían en sus corazones, y crujían los dientes contra él… Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon”, (Hechos 7:54, 58). Y también mataron al apóstol Jacobo y muchos discípulos: “En aquel mismo tiempo el rey Herodes echó mano a algunos de la iglesia para maltratarles. Y mató a espada a Jacobo, hermano de Juan”, (Hechos 12:1-2). No cabe duda que Satanás es el homicida que mata a sangre fría desde el principio y está detrás de todos los homicidios del mundo con el fin de violar uno de los principales mandamientos del Señor: “No matarás”, (Éxodo 20:13). La vida humana es un don de Dios y debe ser apreciada ante nuestros ojos, sin embargo, el homicida desde el principio a buscado la forma que violemos este don. Lewis Sperry Chafer dice al respecto: “La declaración de que Satanás es "homicida desde el principio" parece resultar de las influencias de él sobre otras criaturas. No sabemos por cierto si podemos acusar a Satanás de haber causado dallo a otros ángeles o no, pero sí es fácil descubrir cómo él sedujo al hombre a pecar, cuyo resultado, como siempre, es la muerte”.

El Tentador


“Por eso, cuando ya no pude soportarlo más, mandé a Timoteo a indagar acerca de su fe, no fuera que el tentador los hubiera inducido a hacer lo malo y que nuestro trabajo hubiera sido en vano”.
1 Tesalonicenses 3:5(NVI)

                A Satanás le gusta tentar a la gente a pecar. La Biblia afirma que “Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo” (Mateo 4:1), fue él quien tentó “a los ángeles que no mantuvieron su posición de autoridad, sino que abandonaron su propia morada”  los cuales ahora son sus demonios (Judas 6, NVI), el Apóstol Pablo envió a Timoteo a Tesalónica temiendo que los “hubiera tentado el tentador” a los cristianos de ese lugar (1 Tesalonicenses 3:5). Fue Satanás quien tentó al rey David a censar al pueblo lo cual desagrado a Dios: “Pero Satanás se levantó contra Israel, e incitó a David a que hiciese censo de Israel”, (1 Crónicas 21:1). Fue el diablo    quien tentó a Ananías y Safira para que mintiesen a los discípulos referente al precio de la venta de la heredad: “Y dijo Pedro: Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la heredad?”, (Hechos 5:3), y en general, tienta a los hombres a todo lo perverso y malo: “No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia”, (1 Corintios 7:5).

El Maligno


“Y sabemos que somos hijos de Dios, y que el mundo entero está bajo el control del maligno”.
1 Juan 5:19 (NVI)

                El apóstol Juan describe a Satanás como el maligno. Su personalidad es malvada y sus elementos básicos son la impiedad y la vileza. En este versículo aparece una palabra importante la cual es mundo y proviene del griego cósmo (κόσμος). En ocasiones la palabra cósmos se refiere a los seres humanos de carne y hueso, como en Juan 3:16, pero en este en particular se refiere al sistema religioso, político, filosófico, moral y técnico que nos rodea, encerrando en él todas las costumbres y estilos de vida que se desprenden como consecuencia de ello.  El mundo actual que nos rodea está bajo su control lo cual nos dice que la maldad está impregnada en él. Lewis S. Chafer comenta respecto a la palabra cósmos: “El desarrollo etimológico es el siguiente: de lo que representa orden en el arreglo de cosas se pasa a pensar en la humanidad en relación a esas cosas; y, después de la caída del hombre, se piensa de él como separado y alejados de Dios por cuanto ahora está bajo la autoridad del anti-dios (Satanás). Si estudiamos con cuidadosa atención los 186 usos de cosmos, traducido por "mundo", encontramos que donde se trata de valores morales siempre se indica una manifestación de la autoridad o influencia satánica. El concepto neotestamentario de "el mundo" es que éste se opone a Dios como la mundanalidad se opone a la espiritualidad”. Por tanto, vivimos en un mundo que cada día se aparta de la santidad y los preceptos divinos, su música, arte, modas, políticas, filosofías, religiones, creencias, todo que provenga del mundo sabemos que está influenciado por el maligno, el cual es un ser completamente impío y vil. Cualquiera que participe de lo que este mundo le ofrece se opone a Dios y se vuelve cómplice de Satanás, tal y como lo declara Santiago: “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”, (Santiago 4:4). Por esto mismo Lewis S. Chafer advierte: “Los que han decidido seguir con el mundo o cosmos, si no se salvan por medio de Cristo, tendrán su parte en el lago de fuego preparado para el diablo y sus ángeles”. Precisamente esta es la principal razón por la cual los cristianos no podemos participar de las obras de este mundo ya que son completamente malas: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo”, (1 Juan 2:15-16).

El Príncipe de la potestad del aire


“... conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia”.
Efesios 2:2

                Otro de los títulos que recibe este maligno ser es el príncipe de la potestad del aire. Esto nos sugiere que el primer cielo es su campo de acción junto con todos sus demonios y sus poderes diabólicos operan en todas las personas que no son salvas. La Biblia nos enseña que Daniel oró y como resultado Dios envió un ángel con la respuesta. Sin embargo, el ángel encontró la oposición de un principado de demonio durante 21 días; al cual llamo el príncipe de Persia, entonces el Señor envió a Miguel a ayudar a su mensajero (Daniel 10:11-13) y así este pudo pasar del segundo cielo al lugar donde Daniel se encontraba. Por tanto, sabemos que nuestra atmosfera está llena de demonios que constantemente se oponen a todo lo bueno y especialmente a que nos acerquemos a Dios, tal y como el comentarista bíblico William Barclay lo menciona: “La vida está bajo los dictados del príncipe del aire...el mundo de la antigüedad creía intensamente en los demonios, que no había lugar para insertar la punta de un alfiler entre ellos”.

El Príncipe de este mundo


“... porque viene el príncipe de este mundo y él no tiene nada en mí”.
Juan 14:30

El mismo Señor Jesús dijo que Satanás es el príncipe o gobernante de este mundo y encabeza el sistema mundial ateo, religioso, político y mundano. El hombre perdió su derecho a gobernar este mundo cuando cedió a la tentación del enemigo en el Huerto del Edén, desde entonces, el poder paso temporalmente al diablo y por eso mismo tentó a Jesús ofreciéndole los reinos de esta tierra si le adoraba: “Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy.  Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos”, (Lucas 4:6-7). Respecto a este título Myer Pearlman comenta: “Estos títulos sugieren su influencia sobre la sociedad organizada aparte de Dios (Juan 12:31; 2 Corintios 4:4). Todo el mundo está puesto en maldad, está en las garras del malvado (1 Juan 5:19), y está animado de su espíritu (1 Juan 2:16)”.

El Imitado de Dios


“Y no es de extrañar, ya que Satanás mismo se disfraza de ángel de luz”.
2 Corintios 11:14  (NVI)

San Agustín llama a Satanás Simius Dei, el imitador de Dios, ya que se presenta como ángel de luz, siendo así el maestro de la falsificación. Satanás es muy sutil, generalmente se presenta como si fuera un ángel de luz, jamás como un horrible monstro, ya que su objetivo es engañar a los hombres haciéndose pasar por Dios para conducirlos a la condenación eterna. El Dr. Dwight Pentecost lo explica mejor: “El plan y el programa satánico ha sido siempre imitar a Dios y engañar a los hombres con respecto a su plan, para que mientras siguen su imitación estén convencidos de que están siguiendo a Dios”. El mismo apóstol Pablo nos advierte que sus falsos ministros tienen apariencia de piedad pero con sus actos niegan la eficacia de ella: “que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos evita”, (2 Timoteo 3:5), y en Apocalipsis se nos habla del falso profeta el cual tiene dos cuernos con apariencia de cordero pero habla como dragón: “Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como dragón”, (Apocalipsis 13:11). El mismo Israel fue víctima de este engaño ya que el diablo uso a los falsos profetas para confundir y engañar al pueblo lo cual desagrado al Señor: “Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, profetiza contra los profetas de Israel que profetizan, y dí a los que profetizan de su propio corazón: Oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los profetas insensatos, que andan en pos de su propio espíritu, y nada han visto! Como zorras en los desiertos fueron tus profetas, oh Israel”, (Ezequiel 13:1-4). El diablo no está interesado en que el mundo perciba su maligna presencia, al contrario, prefiere pasar inadvertido con el fin de engañar, destruir, tentar y conducir a todos al infierno, y muchas veces se disfrazara como alguien bueno; pero su plan será destruirnos, tal y como Dorothy L. Sayers lo dice: “Su método de operación es presentarse ante nosotros con una apariencia magnífica, con la esperanza de que no usemos, ni nuestro cerebro, ni nuestras facultades espirituales para entender la ilusión. Lo que busca es nuestra simpatía; por lo tanto, le da mejores resultados explotar nuestras virtudes para apelar a nuestras bajas pasiones. Consecuentemente, cuando el diablo se presenta de manera más notable y razonable es cuando es más peligroso”.



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