El Tema del Sermón


“Porque no he rehuido anunciaros todo el consejo de Dios”.
Hechos 20:27

tema
El Tema del Sermón

“Tengo la convicción de que ningún sermón está en condiciones de ser escrito totalmente, y aún menos predicado, mientras no podamos expresar su tema en una sola oración gramatical breve, que sea a la vez vigorosa y tan clara como el cristal. Yo encuentro que la formulación de esa oración gramatical constituye la labor más difícil, más exigente y más fructífera de toda mi preparación. El hecho de obligarse uno a formular esa oración desechando cada palabra imprecisa, áspera o ambigua, disciplinando el pensamiento hasta encontrar los términos que definan el tema con escrupulosa exactitud, constituye uno de los factores más vitales y esenciales de la hechura del sermón. Y no creo que ningún sermón pueda ser esbozado, ni predicado, mientras esa frase no haya surgido en la mente del predicador con la claridad de luna llena en noche despejada”.
Dr. J. H. Jowett

                  Antes de iniciar con la preparación de cualquier sermón el predicador debe responder a la pregunta ¿de qué voy a predicar? Con esto inicia todo ya que mientras el predicador no responda a esta pregunta no lograra definir el propósito de su mensaje el cual se resume en el tema del sermón. El tema del sermón es oración corta y específica que declara el propósito de la predicación. Ningún predicador debe subir al pulpito sin responder las preguntas ¿de qué voy a predicar? La respuesta a esta pregunta es el tema el cual se presenta en una expresión que abarca todo lo que se va a hablar y excluye todo lo que no tenga que ver con el asunto. Ahora bien, la formulación del tema debe cumplir con ciertas características:

1.       Corto y conciso. Debe ser formulado en una oración gramatical corta pero completa que exprese con claridad el asunto que se desea presentar. La idea de anunciar el tema es captar la atención de la audiencia y que compren la idea central de lo que se va a predicar. Alguien podría anunciar el siguiente tema para su predicación: “Las opiniones falsas que los hombres se forman acerca de los juicios de Dios permite sobre nuestros prójimos y las opiniones rectas que se deben formar sobre tales juicios”. Si nos damos cuenta el tema es tan largo que es difícil de captar el mensaje central. En lugar de eso el tema debería ser: “El peligro de juicios erróneos”. En cortas palabras el tema debe expresar el propósito del sermón.

2.       Sencillo. El enunciado del tema debe contener palabras sencillas que al describirlo sea fácil para los oyentes comprenderlo. Definir un tema con palabras muy profundad y técnicas puede confundir a la audiencia, aparte de parecer muy pretencioso. Definir un tema sencillo pero con gran contenido es mejor que definir un tema que prometa mucho pero que su contenido sea pobre.

3.       Encerrar un solo propósito. El tema debe limitarse a alcanzar un solo propósito, jamás debe tratar de cubrir dos o más.

4.       Bíblico. Sobre todo, el tema tiene que estar inspirado en la Biblia y no en otra fuente, su contenido debe estar íntimamente relacionado con el texto bíblico que se usa de referencia y el tema lo tiene que expresar.

5.       Orientado a las necesidades de los oyentes. Es clave que el tema prometa satisfacer las necesidades de los oyentes.

¿CÓMO ENCONTRAR UN BUEN TEMA?


           Una de las tareas más difíciles que enfrentan los predicadores es encontrar un buen tema de predicación. Definitivamente el tema debe venir como inspiración del Espíritu Santo, pero esto no significa que vendrá así por así, debe buscarse con perseverancias. Charles Spurgeon decía: “Confieso que me siento muchas veces, hora tras hora, pidiendo a Dios un asunto, y esperándolo, y que esto es la parte principal de mi estudio. He empleado mucho tiempo y trabajo pensando sobre tópicos, rumiando puntos doctrinales, haciendo esqueletos de sermones, y después sepultando todos sus huesos en las catacumbas del olvido, continuando mi navegación a grandes distancias sobre aguas tempestuosas hasta ver las luces de un faro para poder dirigirme al puerto suspirado. Yo creo que casi todos los sábados formo suficientes esqueletos de sermones para abastecerme por un mes, si pudiera hacer uso de ellos; pero no me atrevo, ni suelo hacerlo. Naturalmente, porque no da lugar a ello el hallazgo de otros mejores”. Para poder encontrar un buen tema para un sermón el predicador puede tomar en cuenta los siguientes puntos.

                Reflexionando sobre las necesidades de los oyentes.


                Un buen tema para una predicación puede surgir reflexionando sobre las necesidades de los oyentes. Debemos ser muy observadores para identificar las diferentes necesidades que hay entre los oyentes sin caer en el error de usar la predicación como un pretexto para criticar a un oyente en particular. En las diferentes necesidades que pueden existir entre los oyentes podemos encontrar: necesidades evangelistas, doctrinales o formación espiritual, devocionales, de consagración, de instrucción familiar, etc.

                En las lecturas devocionales de la Biblia.


                Otra buena forma de encontrar un buen tema para predicar es a través de nuestras lecturas devocionales de la Biblia. La lectura diaria de la Biblia es imprescindible en la vida del predicador ya que no debe pretender alimentar a otros sin haberse alimentado a sí mismo. Por tanto, es importante abrir bien la mente y el corazón cuando leamos la Biblia y estar prestos cuando un versículo capte nuestra atención, debemos está listo a anotarlo en alguna libreta.

                Leyendo o escuchando sermones de otros predicadores.


                Si bien es cierto que los mensajes propios son los que más predicamos con entusiasmo, no debemos dejar de lado que podemos encontrar material para predicar estudiando mensajes de otros predicadores. Esto no significa que siempre que a alguien le toca predicar tiene que correr a buscar sermones de otros predicadores para predicarlos al pie de la letra. ¡No! No obstante, leerlos nos pueden enseñar mucho en cuanto a la forma de como los estructuran, a veces una palabra, el tema o el versículo puede inspirarnos para formar un sermón a nuestro estilo.

                Considerando las cosas que nos rodean.


                Es impresionante la capacidad que Jesús tenia para predicar, bastaba que viera actividades de la vida cotidiana como un sembrador, la levadura en el pan, la actitud presuntuosa de los fariseos en las sinagogas al querer sentarse en los primeros lugares, entre otras para formular una buena temática. De igual forma, el predicador debe estar atento a los acontecimientos políticos, climáticos, sociales y de la naturaleza que ocurren porque podría surgir de allí un buen tema para un sermón.

                Pidiendo a Dios en oración.


                Todos estos métodos y cualquier otro sugerido tienen que ir acompañados de la oración. Pedirle a Dios su ayuda para la mejor elección del tema que se tiene que predicar es importante ya que solo el Espíritu Santo nos puede dirigir. El reto de todo predicador es que sea Dios el que habla primero a su corazón para que después él le hable al pueblo, y que no sea su voz, sino la del Señor, que no sean sus conceptos, sino el mismo Espíritu Santo que le dé el mensaje a la los hombre.

LA FORMULACIÓN DEL TEMA


                  Como ya vimos el tema es un corta, sencilla y especifica oración gramatical que encierra el propósito de lo que se va a predicar. Al momento de definir el tema este debe cumplir con al menos tres cualidades importantes. Primero, debe tratar sobre alguna de las grandes verdades de la fe cristiana. Si el mensaje no tiene un contenido bíblico que trate de las grandes necesidades de salvación y edificación estaremos perdiendo nuestro tiempo y el de los oyentes. No debemos olvidar la gran oportunidad que el predicador tiene de compartir un mensaje tan divino como para hacerlo mediocremente. Segundo, debe estar relacionado con las necesidades espirituales de los oyentes. Puede evaluarse la necesidad de presentar la necesidad de salvación entre los oyentes no convertidos, o la necesidad de reforzar un tema doctrinal de importancia, o la necesidad de alentar al pueblo, y en general, debe tratar un tema práctico para el oyente. Finalmente, el tema que se desarrolle debe tener una relación íntima con los textos bíblicos que se usen. Nunca se deben usar textos bíblicos como pretexto para hablar cualquier cosa, nuestras palabras y afirmaciones tienen que estar en armonía con las bases bíblicas que usemos. Aquí presentamos algunos ejemplos de cómo formular temas, sin embargo esto no significa que sean la única forma de hacerlo. Más adelante veremos los diferentes tipos de sermones que existen.

                Tema interrogativo.


                Se llama tema interrogativo cuando este se forma a través de una pregunta de tal forma que las divisiones del sermón pueden ser las respuestas a la pregunta que el tema realiza.

Ejemplo:

                Tema: ¿CÓMO ATENDER EL LLAMADO DE JESÚS?

               1.       Primera división: Con urgencia.
               2.       Segunda división: Con un corazón contrito y humillado.
               3.       Tercera división: Obedeciendo su palabra.

Tema de palabra o frase clave.


                Llámese el tema de palabra o frase clave cuando utilizamos una frase o palabra enfática como guía para formular las divisiones principales del mensaje. En el siguiente ejemplo la palabra clave es “turbados”.

Ejemplo:

Tema: TURBADOS POR EL PECADO

1.       Primera división: El pecado nos turba porque no nos permite disfrutar plenamente de las cosas de la vida.
2.       Segunda división: El pecado nos turba porque nos roba la bendición que Dios tiene para nosotros en el futuro.
3.       Tercera división: El pecado turba a otros a nuestro alrededor.
4.       El pecado nos turba porque nos arrastra a la destrucción.

Tema Imperativo.


                Se llama tema imperativo cuando este se formula a través de una oración que denota una orden y sus divisiones se pueden elaborar ya sea indicando el significado del mandato, o dando las razones por las cuales se debe obedecer el mandato, o como llevar a cabo dicha orden o una combinación de las tres.

Ejemplos:

Cuando las divisiones se formulan dando el significado del mandato.

                Tema: ESCUDRIÑAR LAS ESCRITURAS

                1.       Primera división: Escudriñar significa leer todos los días la Biblia.
                2.       Segunda división: Escudriñar significa meditar en la Biblia día y noche.
                3.       Tercera división: Escudriñar significa extraer su significado y aplicarlo a mi vida.

Cuando las divisiones nos dicen cómo llevar a cabo la orden que el tema nos da.

Tema: ESCUDRIÑAR LAS ESCRITURAS

1.       Primera división: Pidiendo en oración al Espíritu Santo que nos ilumine su significado.
2.       Segunda división: Teniendo un Plan intencional para estudiar la Biblia.
3.       Tercera división: Siendo perseverante en su estudio.

Cuando las divisiones nos indican cuales son las razones por la cuales debemos obedecer el mandato.

Tema: ESCUDRIÑAR LAS ESCRITURAS

1.       Primera división: Porque Jesús lo ordena.
2.       Segunda división: Porque es nuestro principal alimento espiritual.
3.       Tercera división: Porque nos ayuda a madurar.

        Tema declarativo.


                En general, tema declarativo es cuando formulamos el tema del sermón a través de una declaración o afirmación relacionada con la temática que se desarrollara durante el desarrollo de la predicación. En el caso de sus divisiones podemos hacer una combinación de los métodos anteriores. Veamos algunos ejemplos.

Tema: CARACTERÍSTICAS DE UN AUTÉNTICO MINISTERIO (1 REYES 19:19-21)

1.       Enorme deseo de servir a Dios.
2.       Constancia.
3.       Completa dependencia del poder del Espíritu Santo.
4.       Servicio.

Tema: CAMINANDO CON DIOS (GÉNESIS 5:21-24)

1.       ¿Qué significa caminar con Dios?
2.       ¿Estamos caminando con Dios?
3.       Evidencias de caminar con Dios

Tema: Los beneficios de la obediencia (Apocalipsis 1:3)

1.       La obediencia a su palabra nos convierte en sabios.
2.       La obediencia acarrea bendiciones.
3.       La obediencia nos guía a la justificación.
4.       La obediencia a Cristo nos hace herederos de la vida eterna.


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