¿Quienes heredaran el reino de los cielos? (Mateo 5:3)




“Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”.
Mateo 5:3

INTRODUCCIÓN


Unos de los discursos más maravillosos que nuestro Señor Jesucristo dirigió a las multitudes lo encontramos en el evangelio según Mateo y este comienza con las bienaventuranzas las cuales nos ensenan mucho acerca del carácter que debe reflejar aquella persona que heredaran el reino de los cielos. Jesús dijo que los pobres en espíritu serian aquellos que heredarían el reino de los cielos y a estos llamo bienaventurados, pero ¿qué es un pobre en espíritu? Veamos en esta ocasión el significado de esta palabra.

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¿Quienes heredaran el reino de los cielos? 

 

                        I.         JESÚS DIJO QUE DE LOS POBRES EN ESPÍRITU ES EL REINO DE LOS CIELOS.


En esta vida hay muchos sufrimientos que proviene de un mundo injusto y pecaminoso, pero en medio de él, nuestro Señor Jesucristo dijo: Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. La palabra bienaventurado significa doblemente feliz, y cuan grande es el gozo de saber que lejos de este mundo existe un lugar totalmente diferente, donde no hay sufrimiento ni injusticias, donde se vive en completa paz y regocijos delante de la presencia de Dios. Dios nos ha prometido un reino celestial donde descansaremos de todas nuestras enfermedades e injusticias, el reino de los cielos, pero ¿quiénes lo heredaran? Jesús lo dice: los pobres en espíritu.

                      II.         ¿QUIÉNES SON LOS POBRES EN ESPÍRITU?


Si queremos heredar la vida eterna debemos convertirnos en pobres en espíritu, pero ¿qué es un pobre en espíritu? Si consideramos el significado etimológico de la palabra griega de donde se traduce pobre, ser pobre se refiere a una persona totalmente desposeída, que no cuenta con los recursos necesarios para llevar una vida digna, se trata de un verdadero indigente. Por tanto, un pobre en espíritu es una persona que se encuentra en banca rota espiritual, es decir, una persona que reconoce su gran necesidad e incapacidad de salvarse así mismo. El primer paso para heredar el reino de los cielos es reconocer nuestra baca rota espiritual la cual es producto de nuestros pecados y que por esa causa estamos lejos de Dios. Mientras las personas no reconozcan eso jamás alcanzaran la vida eterna, por ello Jesús dijo, bienaventurados los pobres en espíritu. Una persona que es pobre en espíritu se reconoce por algunas características que queremos mencionar:

1.     Una persona pobre en espíritu es alguien que se hace como a un niño: “En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos? Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: De cierto os digo, que, si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos. Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe”, (Mateo 18:1-5). Ser como niño significa convertirse en una persona humilde, que no busca gloria para si mismo, sino que cree sin mayores prejuicios.
2.     Una persona pobre en espíritu es alguien que renuncia a sus pecados y prejuicios y recibe con mansedumbre la palabra de Dios: “Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas”, (Santiago 1:21).
3.     Una persona pobre en espíritu es alguien que procede al arrepentimiento de sus pecados: “Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”, (Mateo 4:17). Mientras las personas no procedan al arrepintiendo jamás podrán heredar el reino de Dios, tienen que reconocer su maldad y apartarse de ella.
4.     Finalmente, una persona pobre en espíritu es alguien que reconoce que no puede salvarse a si mismo y necesita a Jesús para ser salvo: “ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe”, (Filipenses 3:9).

                    III.         SIN ARREPENTIMIENTO JAMÁS VEREMOS EL REINO DE LOS CIELOS.



“Porque tú salvas al pueblo afligido, más tus ojos están sobre los altivos para abatirlos”.
2 Samuel 22:28

            Lo contrario a un pobre en espíritu es un altivo y debemos entender que un altivo es una persona que se cree autosuficiente, piensa que no necesita a nadie para vivir, cree que el poder de su vida proviene de su interior, o que sus buenas obras o religión lo salvaran, pero esto no es así, Dios aborrece a los altivos de corazón y a estos abate.

         CONCLUSIÓN.


            Para poder heredar el reino de los cielos debemos reconocer nuestra banca rota espiritual, es decir, que por causa de nuestros pecados estamos totalmente alejados de Dios y somos unos mendigos espirituales. Por eso Jesús decía: Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Pero que es un pobre en espíritu:

1.     Una persona pobre en espíritu es alguien que se hace como a un niño.
2.     Una persona pobre en espíritu es alguien que renuncia a sus pecados y prejuicios y recibe con mansedumbre la palabra de Dios.
3.     Una persona pobre en espíritu es alguien que procede al arrepentimiento de sus pecados.
4.     Finalmente, una persona pobre en espíritu es alguien que reconoce que no puede salvarse a sí mismo y necesita a Jesús para ser salvo.


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