Una enfermedad que no era de muerte (Juan 11:1-5)



“Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana.  (María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume, y le enjugó los pies con sus cabellos. Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo.  Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.  Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro”.
Juan 11:1-5

INTRODUCCIÓN


                Hoy tenemos la oportunidad de iniciar un nuevo capítulo en este interesante evangelio, y en esta oportunidad, la temática de este capítulo girara alrededor de la séptima señal, la resurrección de Lázaro. No olvidemos que este evangelio presenta solo siete señales y no más como los otros evangelios, y estas son : la transformación del agua en vino (Juan 2:1-11), la sanidad del hijo de un hombre (Juan 4:46-54), la sanidad de un paralitico (Juan 5:1-9), la multiplicación de los panes y los peces (Juan 6:1-14), Jesús camina sobre el agua (Juan 6:15-21), la sanidad de un ciego (Juan 9:1-7) y la resurrección de Lázaro (Juan 11:38-44). Estas siete señales tienen como propósito presentar un atributo determinado de Jesús que lo identifican como Dios y hoy consideraremos la séptima de ellas, la resurrección de Lázaro, el hermano de María y Marta, uno de los milagros más conocidos entre el pueblo cristiano y que es exclusivo de este maravilloso evangelio.

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Una enfermedad que no era de muerte


UN MILAGRO MUY CONTROVERSIAL


“Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana”.
Juan 11:1

               La resurrección de Lázaro es quizás, uno de los milagros más conocidos por el pueblo cristiano, y en Juan se utiliza un término diferente para referirse a estas obras milagrosas, Juan les llama señales, porque precisamente eso eran, eran señales que testificaban que Jesús es Dios, no eran actos milagrosos al azar, sino confirmaban que nuestro Señor era el glorioso Mesías, y por ello, algunos llaman este evangelio, el evangelio de las señales. Sin embargo, existen algunas personas que han considerado la realización de la séptima señal como algo muy improbable, ellos desmienten el hecho de que Jesús haya realizado esta resurrección. Entre las razones bajo las cuales sustentan tal aseveración están que al observar los sinópticos esta resurrección no aparece en ellos y para haber sido un milagro tan impactante, se esperaba que Mateo o Marcos lo dejaran registrado en sus santos escritos. Sin embargo, no debemos olvidar que los evangelios sinópticos, Mateo, Marcos y Lucas, se enfocaron en registrar el ministerio de Jesús en Galilea, y pocas veces dentro de Judea, solo al final de sus relatos nos narran la visita de Jesús a Jerusalén donde es capturado, juzgado, martirizado y crucificado. Mientras que los sinópticos se enfocan en su ministerio en Galilea, la mayor parte de Juan enfoca el ministerio de Jesús en Judea, en Jerusalén y este milagro fue realizado en Judea por lo que es de esperarse que no se encuentre registrado en los sinópticos. También algunos cuestionan el hecho de que el nombre de Lázaro, como hermano de María y Marta de Betania, no aparece en los sinópticos, por lo que creen que esta historia fue inventada posteriormente al querer identificar el personaje de Lázaro el hermano de María y Marta con el Lázaro que aparece en Lucas 16:19-31, en la historia del rico y el mendigo Lázaro donde ambos mueren y el primero va al Hades, es decir, al infierno, y el otro es llevado al seno de Abraham. Sin embargo, esta hipótesis es muy poco probable ya que en Lucas se trata de un Lázaro pobre, que era mendigo, y en Juan se identifica como el hermano de Marta y María, una familia con ciertas facilidades económicas, según se ven en los relatos bíblicos. Además, esta señal no es la única que es exclusiva de este evangelio, de hecho los milagros de las bodas de Caná, la sanidad del hijo del funcionario romano, el paralitico de la fuente de Betesda que fue sanado y la sanidad del ciego que se lavó en la fuente de Siloé son exclusivos de este evangelio, además, no solo estas señales son exclusivas del evangelio según Juan, sino los 7 grandes “Yo Soy”, los relatos de Nicodemo, la mujer samaritana y el de la mujer sorprendida en adulterio, por lo que no podríamos decir que solo porque esta señal no aparece en los sinópticos es falsa. Nosotros creemos que esta historia es verídica, es palabra de Dios y por la voluntad del Espíritu Santo a quedado registrada como otra de las grandes obras que nuestro Señor realizo.

UNA FAMILIA QUE AMABA A JESÚS



“Estaba entonces enfermo uno llamado Lázaro, de Betania, la aldea de María y de Marta su hermana.  (María, cuyo hermano Lázaro estaba enfermo, fue la que ungió al Señor con perfume, y le enjugó los pies con sus cabellos. Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo”.
Juan 11:1-3

               En estos versículos se nos hablan acerca de una familia que amaba a Jesús. Se nos dice que esta familia vivía en Betania y es distinta de la ciudad cerca de donde Juan estaba bautizando al este del Jordán, la cual la Reina Valera traduce como Betábara, pero otras traducciones la llaman Betania, en Perea (Juan 1:28). esta Betania estaba ubicada en una pequeña aldea de Judea solamente a unos tres kilómetros de Jerusalén. De acuerdo a lo que la Biblia nos muestra, esta familia estaba constituida por tres miembros, el primero es Lázaro, el cual para este momento estaba muy enfermo de tal forma que por la gravedad de esta sus hermanas decidieron enviar un mensajero a Jesús para que este viniese a ellos con la esperanza que a través de un favor divino su hermano pudiese sanar: Enviaron, pues, las hermanas para decir a Jesús: Señor, he aquí el que amas está enfermo. El nombre Lázaro se deriva del nombre “Eleazar”, que significa “Dios es mi ayudador”, y este no aparece en los evangelios sinópticos, más sus hermanas sí. Marta y Maria son sus hermanas, y al parecer Marta era la mayor ya que en Lucas vemos como se responsabilizo de la hospitalidad: “Aconteció que, yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra”, (Lucas 10:38-39). Y lo mismo vemos en Juan: “Y le hicieron allí una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban sentados a la mesa con él”, (Juan 12:2). Luego estaba su hermana Maria, la cual de acuerdo con Lucas mostraba más interés en las cosas espirituales. Lo cierto es que tanto Lázaro, como Marta, como Maria, amaban en gran manera al Señor ya que siempre que iba a Jerusalén y anochecía se retiraba a la aldea de Betania por lo que muchos creen que partía a la casa de estos hermanos para pasar allí la noche: “Y entró Jesús en Jerusalén, y en el templo; y habiendo mirado alrededor todas las cosas, como ya anochecía, se fue a Betania con los doce”, (Marcos 11:11). En todo esto se deja ver el gran amor que esta familia le tenían a Jesús al recibirlo en su hogar, y no solo eso, sino Maria había expresado su amor ungiendo los pies de Jesús y enjugando sus cabellos con una libra de perfume de nardo puro (Juan 12:1-3). Que hermoso es encontrar un hogar donde todos sus miembros aman a Cristo, quiera Dios que todas nuestras familias abran sus puertas al Señor.

UNA ENFERMEDAD QUE ES DEL INTERÉS DE JESÚS


“Oyéndolo Jesús, dijo: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro”.
Juan 11:4-5

             Vemos en este versículo el interés de Jesús al saber que Lázaro estaba enfermo. Aunque nuestro Señor ya lo sabia ya que es omnisciente, mostró interés al escucharlo y se dispuso a ir, aunque no de inmediato, ya que siempre esta dispuesto a ayudar a los suyos. Que bueno es saber que si hay alguien con el cual podemos contar, ese es Jesús, ya que cualquier enfermedad o situación problemática que nos pase es de interés para Él. Jesús decía: Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. Aunque la situación por la cual estaba pasando esta familia era muy dolorosa e iba a terminar en la muerte de un ser querido, todo esto tenia un propósito, el mostrar el poder y autoridad de Jesús como Mesías y Dios. Así es en nuestras vidas. Cuando confiamos en nuestro Señor, todas las cosas que nos pasan nos ayudan a bien ya que realmente nuestro Dios se interesa por nuestro bienestar: “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”, (Romanos 8:28). Con Cristo podemos tener la seguridad que siempre acudirá a nuestra ayuda y que ninguna situación resultará en nuestro mal, sino al contrario, si estamos en su voluntad, sabemos que podemos confiar en su ayuda, incluso antes que clamemos, y aun las peores situaciones Él las puede convertir en grandes victorias que testifique su gran poder y autoridad. Esto es cierto porque Jesús nos ama: Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro. Esta enfermedad no terminaría en la muerte de Lázaro, sino seria usada para glorificar a la persona de nuestro Señor Jesucristo a los ojos de los judíos, una señal más que demuestra que Él es el Hijo Dios, y seria realizada porque amaba a Lázaro y a sus hermanas. Así Dios también nos ama a nosotros y por ello Cristo tiene cuidado de todos nosotros.



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