Signos de un corazón enfermo (2 Crónicas 12:14)



“E hizo lo malo, porque no dispuso su corazón para buscar a Jehová”.
2 Crónicas 12:14

INTRODUCCIÓN


            En Marzo de 2013 Organización Mundial de la Salud (OMS) calculo que alrededor de 17.3 millones de personas murieron por causa de las enfermedades cardiovasculares y hoy en día constituyen una de las principales causas de muerte entre la humanidad. Estas enfermedades afectan directamente al corazón y generalmente son resultado del stress excesivo que se vive, la mala alimentación y los problemas. El corazón funciona como una gran bomba la cual bombea la sangre a todas las partes del cuerpo a través de las venas, arterias y tubos capilares, pero en la Biblia el corazón es más que una bomba, es el centro donde nacen nuestros sentimientos y emociones, y si éste está enfermo por el pecado, todo el hombre interior y exterior está dañado por el pecado y nos conduce a la condenación eterna. Por ello nuestro Señor Jesucristo dijo que es del corazón malo de donde salen todas las maldades que actualmente conocemos.

“Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias”.
Mateo 15:19

En la Biblia encontramos el ejemplo del rey Roboam el cual nunca dispuso su corazón para seguir a Dios y esto lo llevo a la desgracia. Veamos que así como los médicos se auxilian de los signos y síntomas de una persona para identificar la enfermedad de una persona, así nosotros podemos identificar ciertas señales externas e internas que nos puede ayudar a identificar un corazón enfermo.

corazón-enfermo
La rebeldía de Roboam

I.            NO ESCUCHA EL CONSEJO DE DIOS.


“Vino, pues, Jeroboam con todo el pueblo a Roboam al tercer día, según el rey les había mandado diciendo: Volved a mí de aquí a tres días. Y el rey les respondió ásperamente; pues dejó el rey Roboam el consejo de los ancianos, y les habló conforme al consejo de los jóvenes…”
2 Crónicas 10:12-14

Uno de los signos de un corazón enfermo es que no está dispuesto a escuchar el consejo de Dios. Para la época de Roboam, los reyes acostumbraban escuchar el consejo de los ancianos ya que ellos eran los más sabios del pueblo; sin embargo, Roboam decidió escuchar más el consejo de los jóvenes que se habían criado con él, y esto lo llevo a perder diez tribus de Israel. Muchas personas como Roboam también han cerrado sus oídos a Dios, no consideran el camino que Jesús ofrece, sino por el contrario, siguen el consejo y sabiduría de este mundo lo cual los conduce a la tragedia, desilusión, fracaso y condenación.

“Hay camino que parece derecho al hombre, pero su fin es camino de muerte”.
Proverbios 16:25

    II.            PIERDE LA SENSIBILIDAD HACIA DIOS Y SE HUNDE EN EL PECADO.


“Cuando Roboam había consolidado el reino, dejó la ley de Jehová, y todo Israel con él”.
2 Crónicas 12:1
            Otra característica de las personas que no tienen un corazón perfecto para Dios es que pierden completamente su sensibilidad hacia Dios y se hunden en el pecado. Roboam fue una persona que de alguna manera conocía la ley de Dios, sin embargo, no dispuso su corazón para obedecer, antes siguió el mal camino para perseverar en el pecado:

“E hizo lo malo, porque no dispuso su corazón para buscar a Jehová”.
2 Crónicas 12:14

            Hoy en día, muchas personas no están dispuestas a obedecer la palabra de Dios, antes deciden amar más el pecado que al mismo Dios.

“Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas”.
Juan 3:19

            Así los hombres que poseen un corazón enfermo aman más el pecado que el camino de salvación.

 III.            ES DE DOBLE ÁNIMO.


“Entonces vino el profeta Semaías a Roboam y a los príncipes de Judá, que estaban reunidos en Jerusalén por causa de Sisac, y les dijo: Así ha dicho Jehová: Vosotros me habéis dejado, y yo también os he dejado en manos de Sisac. Y los príncipes de Israel y el rey se humillaron, y dijeron: Justo es Jehová”.
2 Crónicas 12:5-6

            Roboam fue una persona inconstante en toda su vida a tal punto que cuando por causa de su pecado venía el castigo sobre él, corría a Dios implorando su misericordia, pero solo lo hacía durante la crisis, ya que nunca estuvo dispuesto a convertirse de corazón. Aunque Dios es grande en misericordia, por su falso arrepentimiento, nunca lo liberaba completamente de sus problemas.

“Y cuando Jehová vio que se habían humillado, vino palabra de Jehová a Semaías, diciendo: Se han humillado; no los destruiré; antes los salvaré en breve, y no se derramará mi ira contra Jerusalén por mano de Sisac. Pero serán sus siervos, para que sepan lo que es servirme a mí, y qué es servir a los reinos de las naciones”.
2 Crónicas 12:7-8

            Muchas personas de hoy son como Roboam, los cuales no quieren dar su corazón a Dios, éstos corren a Él cuando se ven abatidos por los problemas de la vida; pero cuando se ven aliviados vuelven a sus malo hábitos. Sin embargo, nuestro Señor demanda un verdadero arrepentimiento.

“Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones”.
Santiago 4:8

  IV.            VIVE UN MUNDO DE APARIENCIAS.


“Subió, pues, Sisac rey de Egipto a Jerusalén, y tomó los tesoros de la casa de Jehová, y los tesoros de la casa del rey; todo lo llevó, y tomó los escudos de oro que Salomón había hecho. Y en lugar de ellos hizo el rey Roboam escudos de bronce, y los entregó a los jefes de la guardia, los cuales custodiaban la entrada de la casa del rey. Cuando el rey iba a la casa de Jehová, venían los de la guardia y los llevaban, y después los volvían a la cámara de la guardia”.
2 Crónicas 12:9-11

            Otro signo de un corazón enfermo es que se acostumbra de vivir de apariencias. Cuando Roboam heredo el reino, lo heredo con grandes riquezas, pero por su rebeldía lo perdió cuando Sisac lo invadió robándole todos los tesoros que sus padres habían acumulado y entre estos los escudos de oro que su padre Salomón había hecho. Para poder disimular el asunto mando a hacer escudos de bronce los cuales se parecían a los originales de oro, fingiendo así en medio del pueblo que todavía los poseía. Muchas personas como Roboam viven en un mundo de mentiras, muchos fingen ser felices con lo que este mundo les ofrece. Muchos viven sufriendo las consecuencias de sus pecados, pero se consuelan con el placer temporal que el pecado les ofrece.

“Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón”.
Hebreos 11:24-26

            La carta a los Hebreos nos ofrece un buen ejemplo de esto. Moisés tuvo la oportunidad de gozar de los placeres temporales que Egipto le ofrecía, sin embargo, decidió antes sufrir con el pueblo y tener en alto las riquezas de Dios para heredar el galardón completo.

CONCLUSIÓN


Roboam jamás dispuso su corazón para seguir a Dios y esto lo llevo a una vida de fracaso y condenación, sin embargo, el deseo de Dios es transformar nuestro corazón para que podamos llevar una vida de victoria y alcanzar la salvación de Dios y para ello necesitamos que Jesús transforme nuestra vida.

“Dame, hijo mío, tu corazón, y miren tus ojos por mis caminos”.

Proverbios 23:26

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